༺ Donde Ran se enamora profundamente de Emily haciéndola sentir amada y protegida, hasta que su falta de interés llega junto a una vieja conocida, haciendo sufrir a Emily en el proceso...
Ó
D...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jueves 25 de Diciembre del 2019 5:26 PM
Después de un tiempo la señorita por fin me dijo la dirección del dichoso hospital, unos minutos después estando charlando con ambas mujeres me despedí y salí de aquella lúgubre casa en camino a la mía, mi estómago rugía y quería comer algo rápido.
Llegué a una especie de restaurante japonés poco transcurrido y compre una orden de sushi para llevar, en cuanto me lo dieron lo tome y pague con el dinero que amablemente el chico de Ava me dió, comí de mi sushi en un columpio que estaba en un parque cerca de mi casa.
En el arenero que estaba frente estos unos gatitos jugaban entre ellos, Seong odia a los gatos y eso es lo único que me impide tener uno porque a mi se me hacen muy lindos. Termine de comer dejándole unos cuantos pedazos de salmón a esos pequeños gatitos y camine con mis manos en mis bolsillos hasta mi casa.
Tome unas cuantas cosas y al ya estar listo salí y tome un taxi dándole la dirección que la señora D'angelo me dió, coloque mis audífonos en mis oídos y empecé a escuchar música mientras veía a través de la ventana el oscuro cielo que decoraba el ambiente el día de hoy.
Mientras me sumergía en mis propios pensamientos me vino a la mente que es lo que se supone que iba a hacer cuando la viera de nuevo... ¿decir "hola"? ¿Preguntarle cómo estaba? ¿Y si ella no quería que yo estuviera ahí?
Mi ansiedad salía a flote y miles de escenarios se formaban en mi cabeza comenzando a atormentarme, le dije al hombre que parara y baje del taxi, al parecer estaba en una especie de carretera con zona forestal a un lado, sin pensarlo mucho me adentre a esta y me recargué en un árbol comenzando a buscar entre mis bolsillos algo para calmarme.
— Mierda, mierda, mierda.
No encontraba nada, ni un cigarrillo, ni una pastilla, ni nada, ni una sola mierda había empacado, y eso me jodia de una manera casi sobrenatural, mis manos comenzaban a temblar y comenzaba a entrar en pánico mientras seguía con mi interminable búsqueda.
Tome mi temblorosa mano y con mis dedos abrí el pequeño agujero que tenía mi anillo, allí había un poco de polvo blanco que ahora mismo me vendría de puta madre, acerqué mi rostro tembloroso pero gracias a los horribles choques que tenía mi sistema nervioso me moví bruscamente hacía adelante, tirándolo en el proceso.
— Carajo, Kyler. — comencé a pensar en más escondites maestros en donde podría haber escondido algo mi yo del pasado, sin embargo, nada, eso fue lo que encontré.
Respire, inhale e hice todas las mierdas que en rehabilitación me dijeron que ayudaban, pero la sensación de temblores en mi cuerpo y el hormigueo en mis manos no se iba, llegó a mi mente mis zapatos, me quite uno rápidamente y en la suela había algo que realmente necesitaba.
