༺ Donde Ran se enamora profundamente de Emily haciéndola sentir amada y protegida, hasta que su falta de interés llega junto a una vieja conocida, haciendo sufrir a Emily en el proceso...
Ó
D...
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Viernes 03 de Diciembre del 2019 11:39 AM
Ran
— Deja en paz a Emily, ¿qué es lo que quieres de ella? — advertí mirándola fijamente
— Te quiero a ti — sonrió, mientras tocaba mi mejilla
Al ir por los almuerzos de mi hermano y de Emily, llegó de la nada, comenzó a hablar y a hablar sin que nadie la pudiera detener, por lo que acabo con mi paciencia y la tomé por las muñecas arrinconándola en una orilla de la cafetería.
— ¿Por qué me dejaste? — pregunté, aceptando el toque de sus yemas en mis pómulos
Pudimos haberlo tenido todo, tenías mi corazón en tus manos. Y jugaste con sus latidos
— ¿por qué no me buscaste? — preguntó de vuelta
— Me dejaste muy en claro que no querías que volviera a buscarte... enserio, no te entiendo ¿por qué siempre fuiste una maldita conmigo? ¿Por qué?
Soltó una pequeña risa, haciendo que mi piel se erizara
— Supongo que... estaba aburrida — la mire mal, haciendo que riera — Mentira, solo... supongo que no estaba acostumbrada a que alguien me ame, entonces, no supe como reaccionar — se encogió de hombros mirando a otro lado, aún
Su torso y cabeza estaban pegados a la pared, mientras que sus piernas la estaban sosteniendo, estando muy cerca de mí. Solo existía ella ante mis ojos y, joder... cuanto había extrañado esa puta sonrisa.
— ¿Por qué estas con ella? — me preguntó — Aún me amas — se acercó a mí despegando su cabeza de la pared, poniendo sus manos en mi nuca mientras me miraba fijamente — Lo sé, se ve en tu mirada
— Porque... — intente indagar una respuesta — La... la amo
Río secamente, como si hubiera contando un chiste
— No te mientas, no te intentes convencer Ran — se burló — No me digas... — hizo una pausa — ¡Eso quieres hacer! — río — Quieres convencerte de que la amas para no partir su corazón de pollo — hizo un falso puchero, acariciando mis mejillas — ¿Ya te intentaste acostar con ella... cierto? — me miró, casi observando mi alma a través de esos zafiros verdes
— Cállate, ya cállate — le pedí, en un susurro mientras aspiraba el aroma de su respiración tan cerca de mi rostro
