༺ Donde Ran se enamora profundamente de Emily haciéndola sentir amada y protegida, hasta que su falta de interés llega junto a una vieja conocida, haciendo sufrir a Emily en el proceso...
Ó
D...
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"Él me quería. Me quería de una forma rara de esas que hacen daño, pero que a pesar de todo es adictiva. Teníamos formas diferentes de querer. Él me daba lo que sobraba, yo... Yo le daba lo único que tenía."
Decía aquella hoja de papel, aquella que la amable enfermera que ahora se encontraba leyendo algo, esta misma le entregó una hoja de papel a la muchacha para que ahí pudiera escribir algo, expresar sus sentimientos o simplemente dejar salir algo que la estaba matando por dentro.
— Listo... — la interrumpió con pena.
— Te tardaste media hora en escribir solo eso, ¿por qué?
— No encontraba las palabras correctas... ¿cómo quedo?
— Quedo... hermosamente destructivo. — acarició su cabeza y Emily sonrió, dejando un sonrojo en las pálidas mejillas de Ana.
— Es una linda manera de llamar lo triste...
— Diría, ¿depresivo?
— ¿Cómo sabes tanto?
Emily se quedaba sin palabras cada vez que aquella chica con cara de pocos amigos hablaba; era tan propia, tan decente, se veía tan inalcanzable. Emily juraba que sus ojos brillaban cada que la veía cual cachorro de jaguar aprendiendo a cazar por su cuenta.
— Estudie psicología, pero como verás. No me fue de lo mejor.
— ¿Por qué? — se atrevió a preguntar.
— ¿No se te hace que estás haciendo muchas preguntas? — pregunto despegando el libro de sus ojos, mirándola penetrantemente para luego solo sonreír y soltar una risa nasal, la expresión de nervios en la pequeña Emily era algo que vivirá en su memoria toda la vida. — La vida es una mierda con las personas que menos se lo merecen. Viví en carne propia lo que es ser el pasatiempo favorito de la vida para jugar cual pelota de plástico. Porque; No eres una mala persona. Eres una buena persona, a la que le han pasado cosas malas. — acomodó sus gafas y volvió a su lectura.
Mientras que Emily simplemente la miraba con tanta admiración que ni ella misma sabía el por que de esta. Solo sabía que desearía con toda su alma ser como la chica frente a ella, con esa determinación e inteligencia que la hacían verse tan elegante aún sin la necesidad de estar haciendo algo precisamente, "propio"
— ¿Qué miras tanto? — la miró de reojo, provocando un pequeño corto circuito en los sentidos de la muchacha. — ¿Quieres que te lea algo?
— ¿Q...qué lees?
— "El hombre en busca de sentido"
— Suena... interesante. — se acomodó mejor en la pequeña cama, y recargó su cabeza en el oso de peluche que yacía en el medio de sus piernas.
