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Entre Brisa y Martina llevaron a Luli a la habitación y la dejaron sobre la cama. Luli sólo se quejó y se quitó algo de su ropa para meterse en la cama de Angie.

Las chicas volvieron a la sala y se encontraron a Angie durmiendo en el sofá.

-Ay no puedo creer, nos fuimos dos minutos y ya la quedó. -Murmuró Brisa mientras trataba de despertar a la peliazul moviendo suavemente su brazo.

Marti se rió de la situación y caminó hacia el baño.

-Mientras la despertas voy al baño amiga.

-Angie, dale boluda. No te puedo levantar. -Se acercó un poco y le habló más fuerte, pero la peliazul seguía totalmente dormida o eso parecía. Finalmente se acercó a su rostro y luego de pasar su mano por una de las mejillas de su amiga, dejó un pequeño beso en su frente.

-¡Ay pero que romántica Bri! -Dijo la rubia al salir del baño y Brisa se sorprendió por lo que se alejó rápidamente mirando a Martina con su peor cara.

-¿No ves que no se despierta? -Se excusó Brisa y la rubia solo volvió a reírse.

-¡Angie anda a la cama! -Gritó Martina bastante fuerte y logró que Angie se sentara de golpe en el sofá.

-¿Ves que fácil era? Pero vos querías darle besitos. -Martina entró a la habitación de Angie entre risas y cerró la puerta a sus espaldas.

-¿Que pasó? -Preguntó la peliazul y Brisa tomó su mano para ayudarla a ponerse de pie.

-Nada bebé, te dormiste en el sofá. Vamos a la cama, dale.

-Mmh, sí. -Murmuró Angie poniéndose de pie despacio.

-Tengo que ir al baño primero. -Agregó y Brisa la llevó hasta la puerta. Cuando la peliazul entró ella apagó las luces y se aseguró de que todo estaba cerrado.

Luego de que ambas pasaron por el baño, ya se encontraban en la habitación de Brisa. Ésta busco en su armario un pijama para Angie, pero cuando se volteó la vió ya en ropa interior. Sin poder evitarlo recorrió su cuerpo con su mirada y tragó saliva tratando de ser lo más disimulada posible pero al parecer no funcionó.

-¿Por qué me miras así Bripsi? Tengo calor, no quiero pijama. -Angie hizo un puchero mientras se metía en la cama. Brisa le tiró una de sus remeras.

-Al menos ponete eso que después te da frío, An. -Brisa suspiró y se dió la vuelta, no quería parecer una acosadora, pero tampoco se creía capaz de dormir junto a Angie en nada más que ropa interior.

Decidió buscar una remera para ella y sin girarse se quitó su ropa para colocarsela después.

Apagó la luz y se acercó a la cama, Angie se había colocado la remera que le alcanzó, por lo que se metió bajo las mantas con ella. De inmediato la peliazul se puso de lado para estar frente a su amiga y pasó uno de sus brazos por su cadera.

-Bri, me encanta estar con vos así. -Susurró acercándose más e inevitablemente la respiración de Brisa se cortó y su cuerpo se tensó. Angie estaba muy ebria y seguro era el alcohol quien estaba hablando en lugar de su amiga.

-¿A vos también te gusta? -Preguntó Angie mientras escondía su rostro en el cuello de su amiga.

Brisa perdió un poco la batalla al sentir la respiración de su amiga en su cuello. Llevó una de sus manos hacia el cabello de Angie y lo acarició suavemente.

-A mi también, An. -Susurró muy bajo y cerró sus ojos.

Angie sonrió y dejo pequeños besos en el cuello de Brisa. El alcohol la hacía traspasar algunos límites que seguramente sobria no se animaría ni a tocar. Brisa en tanto luchaba por no corresponder, siendo consciente de que Angie estaba ebria, pero el alcohol también afectaba sus sentidos y no le era fácil luchar contra lo que sentía.

Suspiró ante los besos de su amiga y trató de alejarse levemente pero no pudo.

-Angie, bebé hay que dormir. - Susurró y luego mordió fuertemente su labio inferior.

-Mhh, no quiero Bri. -Angie fue subiendo sus besos por el mentón de Brisa, hasta quedar cara a cara y muy cerca de sus labios.

Brisa tomó las mejillas de Angie entre sus manos para mantener la distancia dado que de lo contrario, Angie seguramente la besaría. Por más de qué no quisiera que su beso fuera bajo los efectos del alcohol, tener a su amiga tan cerca eran realmente tentador.

-Bri... -Susurró Angie llevando su mirada de sus ojos a sus labios y posteriormente humedeció los suyos.

La mente de Brisa se debatía entre ceder y hacer lo correcto, no pudo pensar mucho más, ya que cuando los labios de Angie tocaron los suyos su mundo y su mente se detuvieron por un momento.

Los labios de la peliazul eran tan suaves y dulces como los imaginaba, quitó de su mente todas las barreras que había colocado segundos antes y se entregó por completo a la sensación. Había esperado ese momento por mucho tiempo, por lo que disfrutó del beso y dejó que Angie también lo hiciera. Mantuvo sus manos en las mejillas de su amiga acariciandolas suavemente y en cuanto ésta pidió acceso a su boca con la punta de la lengua, Brisa no dudó en concederlo.

El beso se intensificó poco a poco y al sentir que Angie se acercaba aún más a su cuerpo, Brisa determinó que había pasado suficiente. Podía aceptar un beso, pero en las condiciones de Angie no quería aprovecharse más. Además, si algo más pasaba entre ellas quería asegurarse de que Angie lo recordaría a la perfección.

La castaña separó suavemente sus labios y a pesar de las quejas de Angie la miró a los ojos y susurró.

-An, tenemos que dormir. ¿Si? -No podía evitar sonreír tonta y ampliamente por la mirada de su amiga.

-No bebé, quiero seguir en lo que estábamos. -Se acercó y dejó un pequeño beso en los labios de Brisa.

-Mañana podemos seguir, pero ahora tomaste mucho y es mejor dormir. Además, tengo que levantarme temprano, por favor, An.

Angie suspiró y asintió, volvió a bajar su rostro al cuello de Brisa y luego de acercarse más volvió a envolverla en sus brazos.

Brisa mordió nuevamente su labio inferior para luego sonreír. Aún podía sentir los labios de Angie en los suyos y sentía que su corazón latía mucho más rápido de lo normal, si prestaba atención el de la peliazul iba igual de rápido. Volvió a dejar pequeñas caricias en el cabello de su amiga y minutos después se quedó dormida.

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Siempre fuiste tú. - BrangieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora