XIV

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Ya era viernes y todas se arreglaban para salir. Mica había sido la primera en llegar al apartamento de Brisa y Angie. En cambio Luli y Marti irían directo a la fiesta.

Mientras Mica se encontraba en el sofá de la sala mensajeandose con Bárbara, Angie ayudaba a Brisa a decidir que ponerse. La castaña ya le había mostrado dos outfit diferentes a su amiga, la cual estaba sentada sobre su cama, y aunque Angie había aprobado ambos, Brisa seguía sin decidirse.

-Nada me queda bien, creo que no voy, An. -Exclamó Brisa y se dejó caer en la cama haciendo un puchero.

Angie suspiró y se puso de pie sin pronunciar palabra. Todo a su amiga le quedaba perfecto, por lo que no entendía por qué se preocupaba tanto. Se dirigió a su armario y busco por unos segundos hasta tomar la falda a cuadros que ella misma le había comprado y se la aventó a su amiga.

-Ponete esa Bri, ya te busco un top. -La peliazul buscó por unos segundos más hasta que encontró uno negro y se lo alcanzó a su amiga, la cuál ya estaba quitándose el pantalón que se había probado antes.

-Seguro te queda re bien, bebé. -Brisa le sonrió a su amiga y luego de quitarse el pantalón se colocó la falda ante la atenta mirada de Angie. Hizo lo mismo con el top y tras colocarse unas botas negras se paró una vez más frente a su amiga.

Angie la miraba boquiabierta y hasta se podría decir que babeaba.

-¿Y bien, An? -Murmuró Brisa aunque por la expresión de su amiga sabía que le gustaba.

-Dios, estás re buena Brisa. - Soltó sin pensar -Digo que te queda re lindo. -Se corrigió rápidamente Angie y se rió de ella misma.

Brisa le regaló una amplia sonrisa y se paró luego frente al espejo para terminar su cabello.

-Gracias An, me solucionaste todo.

Las chicas se sorprendieron ante el sonido de la puerta abriéndose.

-¿Les falta mucho? Mar y Luli ya llegaron. -Preguntó Mica y Angie se puso de pie.

-Yo estoy lista hace como una hora.

-Ya casi estoy chicas, llamen al Uber y ahí salgo.

Las chicas asintieron y salieron de la habitación de Brisa para llamar al Uber.

Media hora después las tres se bajaban del auto para encontrarse en la puerta con sus amigas y entrar a la fiesta.

La música sonaba con fuerza aunque fuera al aire libre y el lugar ya estaba casi lleno. Las cinco fueron primero a una barra donde pidieron algunos tragos fuerte, para luego comenzar a bailar no muy lejos de la barra.

-Micu, ¿tú novia ya llegó? -Preguntó Luli tratando de hablar sobre la música.

-Si, está con una amiga. En un rato le digo que vengan.

Todas estuvieron de acuerdo y continuaron bailando. Luego de varias idas y venidas de la barra ya todas tenían el suficiente alcohol en sus cuerpos para estar casi completamente deshinibidas.

Luli bailaba junto a Mar, más cerca de lo que dos simples amigas lo harían. Las demás se alegraban de que lo hicieran, se las veía disfrutar de estar juntas y no querían menos que eso para las chicas.

-Chicas, voy a la barra a buscar a Bar, ahora vuelvo. No sé muevan mucho. -Dijo Mica evidentemente nerviosa y las chicas asintieron mientras seguían bailando.

Una vez más, con la escusa de poder escucharse por sobre la música, Angie tomó una de las manos de Brisa y la acercó a su cuerpo. Posteriormente acercó su boca al oído de Brisa y habló.

-Mica se moría de los nervios, ¿no? -Angie sonrió y paso sus dos manos a la cintura de su amiga.

Brisa se estremeció ante el contacto de la peliazul y acto seguido pasó una de sus brazos por el cuello de su amiga, manteniendo su mano en contacto con la piel de la nuca de su amiga.

El cuerpo de Brisa se tensó incluso un poco más al sentir como la piel que estaba bajo su mano se erizaba levemente y le sonrió a Angie.

-Si, An. Está re enganchada. Cómo aquellas dos. -Dijo refiriéndose a Luli y Marti que seguían bailando muy juntas, aunque pensándolo bien, si las veían a ellas, estaba en la misma posición.

La música no era lenta, por lo que sus cuerpos chocaban en repetidas ocasiones y Brisa terminó mordiendo con fuerza su propio labio inferior, para esconder de esta forma lo que le producía tener a la peliazul tan cerca.

Angie estaba disfrutando tanto como Brisa de su cercanía, sus manos habían bajando suavemente hacia su cadera y ahora se encontraban en contacto directo con la piel de Brisa, se alegraba de que la castaña estuviera usando el top que ella misma le había elegido.

Angie observaba sin disimulo el rostro de Brisa, desde sus ojos, su nariz, sus labios y nuevamente sus ojos. Sentía que la mirada de Brisa hacía lo mismo con ella. Se preguntaba que estaría pensando su amiga, e internamente deseaba que tuviera las mismas ganas de besarla que tenía ella.

Brisa llevó su otro brazo sobre los hombros de Angie y finalmente envolvió completamente su cuello, suavemente se acercó un paso más, influenciada por el alcohol y la adrenalina de sentir la mirada de Angie sobre sus labios. No había duda, iba a besarla.

892.

Sólo porque sí, les dejo un nuevo capítulo.

¿Les gustaría un mini maratón de capitulos?

Siempre fuiste tú. - BrangieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora