XXVI

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A pesar de que todas estaban bastante cansadas, no querían dejar de aprovechar la tarde por lo que fueron a la playa. Cuando estaban todas sentadas sobre la arena y Brisa había terminado de tomarse algunas fotos, Marti miró a Luli y como si de un código secreto se tratara, Luli asintió y habló.

-Chicas, tenemos que contarles algo.

Brisa y Angie se miraron por un segundo, obviamente sabiendo lo que se venía. Aún así Angie trató de mantenerse sería y solo habló.

-Decinos, Lu.

-Bueno, lo que pasa es que vieron que con Marti nos llevamos re bien y la rubia está más que buena y yo... -Luli comenzó a trancarse sin encontrar las palabras adecuadas para continuar por lo que Martina suspiró y habló interrumpiendo a su amiga.

-Lo que trataba de decir Lu, es que estamos saliendo. Eso.

De inmediato Brisa y Angie comenzaron a reírse a carcajadas y las demás las miraban sin entender.

-Ay chicas, era re obvio. -Habló por fin Brisa. -¡Las felicito!

Marti y Luli le sonrieron a su amiga un tanto avergonzadas.

Angie logró por fin dejar de reírse para hablar.

-Se hubieran visto las caras, chicas. Creo que esto lo sabe hasta tu mamá Lu. -Volvió a reírse Angie y recibió como repuesta un golpe de parte de Bri para que se callara.

-Ay, bebé. Me re dolió. -Habló Angie y Brisa puso los ojos en blanco.

-En fin, ahora ya saben así que me puedo comer a la rubia adelante de ustedes. Si no se ponen celosas eh. -Habló Luli para luego robarle un beso a Martina.

Siguieron bromeando mientras charlaban y tanto Brisa como Angie agradecieron internamente que sus amigas no tocaran el tema de su relación, ya que no habían tenido el tiempo de hablar y aclarar las cosas. Aún así era lo primero que iban a hacer al llegar a su departamento.

La tarde pasó entre charlas y entradas y salidas del mar. Cuando eran cerca de las 18, todas volvieron a subir al auto para volver a su ciudad. Lamentablemente al otro día tenían que volver a la rutina de la universidad.

Esta vez fue Martina quien condujo y Luli la acompaño a su lado, en tanto en el asiento de atrás Brisa y Angie durmieron casi todo el viaje. Si bien los cinturones no les permitían acercarse, le cabeza de Angie estaba apoyada en el cuello de Brisa.

Ya eran las 8 de la tarde/noche cuando Angie abrió la puerta de su apartamento y entró, seguida por Brisa que estaba distraída hablando por tu teléfono con su madre o hermana. Angie aprovechó y se fue a dar una ducha rápidamente para luego decidir que cenaban. La idea de aclarar las cosas con Bri, seguía en su mente.

Cuando Angie salió del baño, se cruzó con su amiga la cuál aprovecho para también darse una ducha. Mientras Angie iba hacia su habitación le alcanzó a proponer a Bri pedir comida para no tener que cocinar.

-Obvio, pedí lo que quieras, An. -Respondió Brisa y Angie asintió. Terminó de vestirse y se dirigió al sofá mientras buscaba que pedir en su teléfono. Finalmente se decidió por hamburguesas veganas y papas fritas.

-¿Pediste? -Preguntó Brisa al salir del baño envuelta en su toalla.

Angie la miró por unos segundos y asintió con su cabeza. Se había propuesto no acercarse a Bri más de lo necesario hasta poder hablar con ella. Realmente lucho con las ganas de levantarse y besar a su amiga y quizás algo más.

-Genial, ya vuelvo entonces. -Bri volvió a su habitación y minutos más tarde ya estaba en el sofá junto a su amiga.

-¿Cuando va a llegar? Tengo hambre. -Se quejó Brisa para luego hacer un puchero con sus labios.

Siempre fuiste tú. - BrangieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora