XXII

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El local estaba lleno de gente y la música sonaba bastante fuerte, aún así el ambiente era agradable. Cómo solían hacerlo se dirigieron a una de las barras y pidieron un trago para cada una. Se quedaron charlando junto a la barra y cuando ya habían terminado su tercer trago decidieron ir a bailar.

Brisa bailaba junto a Marti siguiendo a la perfección la música, mientras que Angie y Luli hacían su mejor esfuerzo por seguirlas.

-Deja de babear, boluda. -Angie escuchó que Luli se acercaba a decirle y la peliazul se sorprendió ya que no era conciente de que no le quitaba los ojos de encima a la castaña.

Angie se rió de si misma y le dió un pequeño empujón a su amiga.

-¿Vamos a buscar algo para beber? -Preguntó y Luli asintió comenzando a caminar hacia otra barra que ahora les quedaba más cerca.

-Hola, ¿nos servís cuatro gin, por favor? -Pidió Luli y en cuanto el chico de la barra se volteó la miró sorprendida.

-¿Lourdes? Mil años sin verte.

-Mati, ¿que hacés? -Luli saludó a su amigo, solían compartir los veranos que su familia pasaba en la costa, pero hacía varios años que no coincidían.

-Todo bien, ofrece la casa. -Dijo Matías y le entregó un vaso a Angie y otro a su amiga.

-Ay perdón, Angie el es Matías, Matías, ella es Angie una amiga. -Angie saludó con su mano y obtuvo una sonrisa de Matías.

-Ey, ¿qué tal? Gracias por el trago. -Habló Angie y probó la bebida. -¡Está muy bueno!

-Todo bien, un gusto conocerte. -Habló Matías y Luli interrumpió.

-¿Seguís en contacto con los chicos, seguís con Ari? -Luli hablaba animada mientras bebía su trago.

-Si, nos seguimos juntando pero con Ari terminamos hace como 2 años. Así que si me querés presentar a alguien, estoy libre. -Matias miró de reojo a la peliazul que estaba distraída mirando hacia otro lado.

Luli se rió a carcajadas ante el comentario de su amigo y Angie la miró sin entender por unos segundos.

-Mati si después tenés un rato podés venir a bailar con nosotras.

-Obvio, seguro no nos vamos hasta que termine. -Exclamó Angie divertida.

-No me puedo negar a esa invitación, después me escapo un rato.

-Buenisimo, ¿nos servís dos más de estos? -Pidió la peliazul señalando su vaso y enseguida agregó

-Igual estos te los pagamos.

-O no... -Dijo Luli y volvió a reírse, si ya de por sí se reía por todo, el alcohol hacía que se riera el doble.

Matías también se rió y se dió la vuelta para servirle los tragos a las chicas. En aquél momento Angie sintió como alguien rodeaba su cintura por detrás y tuvo la intención de girarse rápidamente para empujar a quien fuera que la estuviera tocando, pero al notar que era Brisa se suavizó.

-¿Por qué demoraban tanto? -Preguntó Bri mientras se colocaba a su lado y le quitaba a Angie el vaso de su mano y lo probaba.

-¿Qué es? Está muy bueno. -Agregó Brisa y fue Luli quien respondió.

-Ni idea, lo preparó un amigo que trabaja en la barra. Ahí se los presento.

Mati se volvió a acercar con los dos tragos en sus manos y se los acercó a Luli.

-Mati, te presento a las chicas, Marti y Brisa. -Señaló a sus amigas y ambas saludaron con un simple: Hola.

Angie sacó dinero de su bolsillo y se estiró para pagar los tragos mientras tomaba uno, ya que Brisa se había quedado con el de ella.

-Tranqui, yo te invito, ya ví que te robaron el tuyo.

-Gracias pero no, boludo. Ya nos regalaste dos. -Angie pronunció aún insistiendo para que el chico tomara el dinero.

Martina ya había agarrado el vaso y lo estaba bebiendo sin ponerle importancia al chico, simplemente charlaba con Luli.

-Insisto, Angie. Después me aceptas un baile y quedamos a mano. -Para no seguir insistiendo Angie asintió, y se rió levemente confiada en que el amigo de Luli bromeaba.

Bebió nuevamente un poco del trago y después se encontró con la mirada de Brisa. Ya había terminando la bebida que había empezado Angie por lo que dejó el vaso sobre la barra.

Marti y Luli seguían charlando totalmente en su mundo y de un momento a otro se fueron a bailar tomadas de la mano.

-¿Estaba entretenida la charla? -Preguntó la castaña elevando una ceja mientras apoyaba su cadera contra la barra y miraba fijamente a la peliazul. Inevitablemente el alcohol volvía totalmente sincera a Brisa y los celos fluían sin nada que los detenga.

Angie sonrió ante el comentario y negó con la cabeza.

-Nada que ver, sólo le estaba pagando, bebé. -Angie aprovechó que sus amigas estaban bastante alejadas y también Matías y se acercó a Brisa acorralandola entre su cuerpo y la barra. Llevó una de sus manos a su cadera y la mantuvo allí.

-Mmh, me parecía que te estaban queriendo levantar. -Susurró Brisa pero su semblante se había suavizado por el contacto de Angie, aún así ella hacía lo posible por resistirse y no llevar sus propias manos al cuerpo de su amiga.

-Puede ser, pero yo solo quería pagarle. ¿Ya estamos celosas? -Susurró Angie mientras se acercaba al rostro de su amiga la cuál había optado por morderse su propio labio inferior mientras negaba con la cabeza.

-Pensaba que sí, es una lastima. -Habló Angie y se separó de su amiga solamente para molestarla, y definitivamente lo logró. Sintió como Brisa dejaba escapar un jadeo de sus labios y luego se cruzó de brazos.

Angie simplemente le sonrió y terminó su trago. Brisa ya estaba dándole la espalda para pedir una nueva bebida, Angie se colocó a su lado y también pidió una.

Ya con sus nuevas bebidas en sus manos caminaron para buscar a sus amigas.

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Siempre fuiste tú. - BrangieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora