CAPITULO VEINTICUATRO ALEA IACTA EST.

20 5 5
                                    


"Este es el final, hermoso amigo. Este es el final, mi único amigo, el final."
The end. The Doors.

"Para saber lo que vale nuestra vida, no está de más arriesgarla de vez en cuando."
Jean-Paul Sartre.


—¿Te has vuelto loca? No voy a permitir que hagas eso. —Dijo Nore con rechazo.

—Esto no se trata de ti o de lo que quieras, solo pensé que debías estar enterado de lo que pasará. —Respondió Geenebra tranquila.

—Te convertirás en un monstruo, eso es lo que pasará. —Replicó comenzando a perder la calma.

—Creía que ya pensabas eso de mí.

—Sabes a lo que me refiero... no puedes hacerlo, no quiero que lo hagas... —Protestó con voz áspera y temblorosa. —Dee me lo dijo, dijo que debía hacer las paces contigo y a esto se refería... lo dijo como si jamás te fuéramos a volver a ver y posiblemente eso pase.

—Nore...

—¿Qué no te das cuenta de que eres lo único que tengo, lo único que me queda, la única persona que sabe quién soy y que me conoce desde el segundo en el que nací?

—Si me doy cuenta...

—¡No lo creo ya que en cada puta oportunidad que tienes te quieres deshacer de mí! —Espetó estrellando con furia sus puños contra la mesa haciendo que el tazón con fruta se volcara.

—¿Eso es lo que piensas de mí? ¿Qué me quiero deshacer de ti? —Interrogó incrédula. —¿Qué clase de ciego egoísta has sido en todos estos años? Por ti entregué a Kaoul sin importarme cuál sería su destino con tal de que el Gran Magistrado no nos separara. Por ti le ayude a Aleenah con su rebelión, para conseguir la libertad en la que quería que vivieras, para que pudieras pasar tus días en tu maravillosa playa rosa. Por ti me convertí en esto que soy, porque solo de esta forma podría asegurarme de que nadie te hiciera daño. ¡¿Qué no te das cuenta de que todo lo que he hecho ha sido por ti?! —Nore se esforzaba por retener las lágrimas mientras sujetaba con todas sus fuerzas la runa de Sigel, aunque que más bien parecía que era ella quien lo sujetaba a él, quiso decir algo pero Geenebra aún no terminaba de sacar todo lo que había guardado en su corazón. —Que fácil hubiera sido para mí dejarte con Serha y huir con Stellan o cuando llegaron los soldados dejar que él te resguardara y yo irme a las reservas con Aleenah, pero no lo hice porque no quería separarme de ti, quería seguir cuidándote aun cuando estuvieras furioso, aun cuando dejaste de llamarme "Mamá"...

Al terminar de pronunciar su última palabra Geenebra cayó de rodillas sin poder contener su llanto, no podía creer que su hijo por quien había dejado todo pensara que ella quería deshacerse de él.

Nore se acercó despacio a su madre, dudoso y apenado.

—Compréndeme, de un día para otro todo cambio, mi padre desapareció de mi vida, la abuela murió de la forma más espantosa que me puedo imaginar, pensé que Aleenah se convertiría en mi mejor amiga y a cambio solo te alejó de mí, te convertiste en un vampiro como ellos pero siempre lucias tan confundida que era como si odiaras la vida, y cuando Dee te dijo que fueras a vivir con nosotros tú te negaste sin lugar a replicas.

—Tú también debiste comprenderme... estaba sufriendo demasiados cambios y el lazo con Aleenah es algo que jamás había sentido antes. Sé que dejar a dos niños viviendo en un lugar completamente desconocido no fue mi mejor idea, pero yo te vigilaba, te observaba siempre y era feliz viéndote sonreír, correr y crecer a lado de la persona a la que amas.

En los tiempos de los DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora