Iyali se había retirado a dormir, la paz duro tan solo una década, durante la cual los niños crecieron, los vampiros descansaron y los humanos aprendieron de nuevo a vivir por su cuenta.
Entonces las alarmas sonaron, las cámaras enfocaron al hombre...
Fenri y Erik: —Ya estás grande, deja de dormir con nuestra madre, eres raro hermanito. —Tienes envidia porque yo duermo al lado de una diosa. —Ella es la Reina de La Tierra de los Hielos Perpetuos, no es una diosa, estúpido. —El estúpido eres tú, nuestra madre es una diosa. —Arie, vámonos, este niñito no crecerá jamás.
Palabras entre amantes.
Fenri y Lonan: —No eres dios. —Quizás aún no, pero lo seré porque estoy destinado a serlo. —¿Por qué? —Porque este mundo necesita un dios verdadero. —Aunque no seas un dios yo te seguiría amando, ¿eso te importa? —Entonces amaras a un dios, dalo por hecho... también da por hecho que tú eres quien más me importa.
Palabras entre enemigos.
Fenri y Geenebra: —Vuela rápido, vuela lejos mi pequeña diosa, porque iré por ti y tus hermanos, los matare a todos y cada uno de ellos pero a ti te dejare al final, solo para que veas como me trago el corazón de tu hijo humano y lanzo su cuerpo a las llamas. —Dijiste que nuestro futuro era que uno mataría al otro, ¿no has pensado que quizá serás tú el que morirá?
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
