«El sol brilla con fuerza, nunca me ha gustado el calor, es desagradable.
Escucho aves y escucho el viento que mueve las ramas de los árboles, la conjunción de estos sonidos es exasperante y narcótico a la vez, me siento un poco adormecido y demasiado aturdido...
Todo esto es un poco divertido, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que me vi doblegado de estada manera...
Si, lo acepto mi necia heroína me ha vencido por ahora, pero no me ha derrotado.
Y la maldita heroína, la perra desgraciada de Geenebra no solo me doblego, sino que me dejo con el rostro en la tierra de una patada... a esa la matare despacio, tan despacio que vera mil soles antes de que llegue la muerte a abrazarla.
No puedo siquiera ver dónde está mi cuerpo... ¿Cómo lo voy a ver si no puedo parpadear sin mover el polvo bajo mis pestañas? Pero lo puedo sentir, percibo donde están mis manos y mis otros miembros, puedo sentir con claridad cómo se buscan entre sí. ¿Cómo es que esto sucede? En realidad no lo sé ni lo comprendo, quizá después de todo si estemos hechos de magia, ¿y por qué no? Somos dioses.
¡Maldita sea¡ ahora un saltamontes esta entre mi cabello. Si tan solo tuviera la mitad de mi torso y un brazo podría librarme de él, pero no, tan solo tengo la mitad de mi cuello.
No debo olvidarme del maldito vástago de la heroína... ese desgraciado se atrevió a despedazarme, ¿Quién se cree como para hacerme esto a mí? Es posible que me lo merezca, pero que lo hiciera un humano es un insulto.
Mis miembros siguen buscándose, pronto todo volverá a estar en su sitio; mientras no hay mucho que hacer más que ver la tierra muy de cerca y planear un regreso impactante... aaahhh mis hermanos, mis patéticos hermanos, cuando me vuelvan a ver sabrán que forma tiene la muerte.
Y la heroína, mi necia heroína, mi nuevo rival, será muy divertido derrotarte, someterte y obligarte a ver las vísceras expuestas de tu hijo frente a ti, quizá deje su cuerpo frente a tus ojos hasta que se descomponga y su putrefacto olor te enloquezca... si, esa es una buena idea.
G e e n e b r a...
Gee- ne-bra...
G-E-E-N-E-B-R-A
¡GEENEBRA!
Geenebra-Geenebra-Geenebra-Geenebra-Geenebra...
¡¿Qué mierdas es lo que te hace tan especial?!
Esta estúpida corona no me deja pensar correctamente, bueno, ¿Quién piensa como debe con una decena agujas enterradas en el cerebro?
No puedo pensar rápido, pero tampoco puedo dejar de pensar. Ella es un misterio que debo descifrar, de todos modos no es como que pueda hacer otra cosa estando aquí.
Geenebra, la bebedora de bebedores.
¿Qué es lo que la conecta con la sangre original como para que pueda hacer eso?
Geenebra hija de Aleenah... hija de Adrien... hijo de Iyali...
¡Eso no basta! Tendría que haber nacido de la sangre original, y ni siquiera mis hermanos pueden hacer eso, solo Iyali y yo podemos.
Su línea de sangre humana tampoco puede ser, en los tiempos del caos en los que nació, la sangre de Iyali estaba más que desvanecida, no hay posibilidad a que algo de ella haya sobrevivido hasta ahora.
¿Sera que así como nosotros somos dioses ella es un titán y que nuestro destino es encontrarnos y medir nuestro poder?
Es una estupidez, le estoy dando demasiado crédito, debe ser algo más lo que la hace... ser lo que es...
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En los tiempos de los Dioses
VampirosIyali se había retirado a dormir, la paz duro tan solo una década, durante la cual los niños crecieron, los vampiros descansaron y los humanos aprendieron de nuevo a vivir por su cuenta. Entonces las alarmas sonaron, las cámaras enfocaron al hombre...