La disciplina de Hyungwon [2WON] ✔✔

16. Hoseok

16. Hoseok

Por quién doblan las campanas

Hoseok acababa de abrir su bolsa de almuerzo cuando hubo un fuerte golpe de nudillos en la puerta de su oficina. Suspiró, anticipando ya quién esperaba al otro lado. —Entre —ladró.

Jisoo empujó la puerta para abrirla. —Siento interrumpir su almuerzo —dijo ella, sin sonar arrepentida en absoluto. —Pero, una vez más, este estaba iniciando peleas en el salón.

Agarró a alguien que Hoseok no podía ver y lo puso a la vista. Hyungwon. Tenía un corte en el labio y una abrasión alrededor del ojo. La mandíbula de Hoseok se contrajo, el pulso le latía con fuerza en los oídos ante la mirada derrotada de Hyungwon. Hoseok se volvió para mirar a Jisoo con dureza. —¿Con quién comenzó una pelea? ¿Todo el equipo de lacrosse?

Ella le dio una sonrisa tensa. —Había otros cinco chicos. Estaré encantada de conseguirle sus nombres. Todos dijeron lo mismo, Hyungwon empezó la pelea. Claramente debería ser más cuidadoso o considerar encontrar una escuela donde este tipo de comportamiento sea más... común.

—Hyungwon, entra. —Lanzó una mirada desagradable a Jisoo—. Eso sería todo.

Ella le dio una sonrisa de suficiencia mientras cerraba la puerta. Hyungwon parecía estar a dos segundos de llorar. —Cierra la puerta con llave, bebé —le recordó Hoseok.

Hyungwon hizo lo que Hoseok le indicó antes de dejar caer su bolso y caminar hacia Hoseok. Empujó la silla de Hoseok lejos de su escritorio y se subió a su regazo, sentándose a horcajadas sobre sus muslos y enterrando su cara contra la garganta de Hoseok. Sus brazos lo rodearon instintivamente. —Está bien.

—Me escupió —dijo Hyungwon, con la voz llena de lágrimas.

—¿Qué? —preguntó Hoseok, aunque había escuchado a Hyungwon perfectamente bien.

La voz de Hyungwon sonó amortiguada contra el cuello de Hoseok. —Hyunjin... Me escupió, y yo me quedé allí sin hacer nada.

—¿Cuál te golpeó? —preguntó Hoseok, furioso.

—Ninguno de ellos.

Hoseok empujó a Hyungwon lejos de él, tomándole la cara para examinar sus heridas. —No me mientas.

Hyungwon lo estudió con ojos apagados. —No te estoy mintiendo. Alguien me empujó por detrás y caí de cara contra la pared. El estuco deja marcas, supongo.

Hoseok apretó los dientes hasta que se le abrió la mandíbula. —Esos pequeños bastardos. Debería suspender a cada uno de ellos. Imagina lo que eso haría con sus posibilidades en la Ivy League —se enfureció Hoseok.

—Está bien —murmuró Hyungwon, aferrándose a Hoseok con más fuerza, dejando caer la cabeza sobre su hombro una vez más.

—No está bien. Yo protejo lo que es mío —gruñó Hoseok contra el oído de Hyungwon.

Hyungwonl suspiró. —No se me permite ser tuyo fuera de esta oficina y de tu loft. Así es como es.

Hyungwon había parecido tan feliz hace solo un par de horas, y ahora, se sentía miserable otra vez. Hoseok quería hacer pagar a cada una de las personas que habían molestado a Hyungwon. Cada uno de ellos. —¿Quieres terminar el año en casa? Estoy seguro de que puedo resolverlo con la junta.

Hyungwon se echó hacia atrás, con los ojos húmedos. —¿Crees que debería ceder? ¿Darles lo que quieren?

Hoseok negó con la cabeza. —No, claro que no. Pero te quiero a salvo. No quiero que te aterrorice un grupo de imbéciles con caras llenas de granos que nunca han oído la palabra 'no'. No es bueno para tus niveles de estrés y tu endocrinólogo dijo que el estrés afecta tus niveles de azúcar en la sangre.