𝙏𝙧𝙚𝙞𝙣𝙩𝙖 𝙮 𝙘𝙞𝙣𝙘𝙤

2.7K 286 70
                                    

—¿Puedes explicarme todo lo que le acabas de decir a Roberto?.— preguntó con la voz temblorosa

—Yo creo que ya escuchaste todo.— respondí bajando la cabeza

—Necesito hablar contigo, a solas.— dijo tomando mi mano y jalandome hacia otro lado pero Roberto tomó mi otra mano para jalarme a dónde él estaba

—Creo que todo lo que ella diga de ahora en adelante nos incumbe a los dos.— habló Roberto

Ninguno de los dos soltaba mis manos, yo simplemente miraba a Barca que parecía realmente afectado, Roberto por su lado tenía los ojos llorosos pero parecía molesto

—No te incumbe nada de esto.— respondió Barca volviendome a jalar

—¿Por qué no?.— preguntó Roberto —Ella no es tu novia, es tu amiga y también es la mía, a los dos nos incumbe.—

Barca soltó mi mano y Roberto me jaló a dónde él estaba, ¿Qué estaba pasando aquí?

—No dejaré que nada le pase a ______, no quiero perderla por tu estupidez.— escuché a Barca

—¿Mi estupidez? ¿Piensas que no me siento lo suficientemente miserable desde que ella murió?.— cuestionó Roberto refiriéndose a su ex

—Dejame la oportunidad esta vez, antes hubiera dado un paso a lado y dejado que tus sentimientos me importaran más que los míos.— pidió Barca mirando a Roberto —Pero esta vez es diferente, yo no pienso rendirme con ______.—

—Yo tampoco pienso rendirme entonces.— respondió él

Solté la mano de Roberto que me había estado agarrando durante estos escasos minutos

—Se enteran que estoy enferma ¿y lo único que se les ocurre hacer es ver quién tiene más derechos sobre mí?.— pregunté molesta y ambos me miraron

—Queremos cuidarte.— dijo Roberto y yo negué con la cabeza

—¡Esto parece más una lucha entre sus egos!.— exclamé —No quiero hablar más con ustedes.—

Me alejé molesta mientras escuchaba como Barca gritaba mi nombre pero yo no iba a hacerle caso, caminé hasta llegar a la casa, entré y subí directamente a mi habitación para encerrarme ahí

Pasaron al rededor de 10 minutos y pude escuchar como alguien entraba a mi habitación, me giré para ver a Barca ahí parado

—Perdón.— exclamó y yo me crucé de brazos —No supe controlar mis emociones en ese momento, enterarme así no fué agradable.—

—¿Piensas que eso no es agradable?.— pregunté y me acerqué a él —Lo que no es agradable es saber que hay una gran posibilidad de estar condenada a tratamientos y medicamentos que posiblemente me destruyan más.—

—Yo sé que estuve mal en ponerme a pelear con Roberto.— habló —No soportaría perderte sin haber tenido la oportunidad de luchar por tí.—

—¡Es que ese es el problema y tú no lo entiendes!.— grité —No necesito a alguien que luche por mí, necesito a alguien que luche a mi lado.—

Él pareció pensar lo que había dicho y después tomó mi mano

—Quiero estar a tu lado, no importa lo que pase ni lo que diga el doctor.— dijo —Quiero que tengas la confianza de decirme las cosas que te pasen.—

—No es que no quisiera decírtelo o que no te tuviera confianza, simplemente no quería preocuparte.— aclaré

—¿Y piensas que ocultandomelo estaría más tranquilo?.— preguntó y sabía que tenía razón

—Pensé que cargar con todo esto yo sola sería lo mejor.— respondí —Despues Juan se enteró y me sentía bien al no tener que pasar por todo esto sola.—

—De ahora en adelante no pienses en si me preocupas o no.— dijo mientras me abrazaba fuertemente —No te fuerzes a ser fuerte en este tipo de situaciones.—

Correspondí a su abrazo, supongo que era algo que necesitaba hace días.

—¿Todo está bien entre nosotros?.— preguntó en susurro sin alejarse y yo asentí con mi cabeza

—Todo está perfecto.— respondí

Nos separamos de aquel abrazo, él tomó mis manos y me miraba con una sonrisa sincera, después de tantos días al fin sentía un poco de paz

—¿Y cuando te darán los resultados?.— preguntó

—Hoy en la tarde se supone que el doctor me los enviará.— respondí

—Ya verás que no es nada grave.— trato de tranquilizarme

—Eso espero.— sonreí

El timbre de la casa sonó y ambos nos miramos intrigados, se supone que todos los chicos tendrían llaves

—¿Cuánto apuestas a que llego a la puerta antes que tú?.— preguntó con una sonrisa

—¿Es neta?.— pregunté y él asintío —Te apuesto lo que tú quieras a que yo te gano.—

—¿Te parece una cita?.— preguntó y lo miré confundida —Si tu ganas yo te invito a dónde quieras, si yo gano tú me invitas a dónde quiera.—

—Me parece algo justo.— dije y escuchamos como el timbre volvió a sonar

Nos pusimos en posición y contamos hasta tres, corrimos por el largo pasillo y después bajamos las escaleras con pequeños saltos. Yo llegué antes a la puerta y la abrí

—Hola, estoy buscando a alguno de los chicos que viven aquí.— dijo una chica con cabello lacio y lentes, realmente era muy bonita

Barca llegó a mi lado y se quedó pasmado al ver a aquella chica

—¿Rocío?.— preguntó con una gran sonrisa y la abrazó, sentí una pequeña punzada en mi estómago

—Perdón por venir de imprevisto, volví a la ciudad hace poco y me dieron ganas de visitarlos.— dijo ella mientras se separaba de él —¿Y tú quién eres?.—

—Ella es ______, y es algo así como nuestra hermana, vive con nosotros.— me presentó Barca y yo lo miré intrigada, ¿desde cuándo me presentaba como "su hermana"?

—Mucho gusto entonces, soy Rocío.— se presentó extendiendo su mano y yo la tomé para saludarla —Por cierto, ¿Dónde está Vic?.—

—Él no está, salió a comprar comida, hoy tendremos un día de campo.— respondió Barca —¿Para que lo necesitas?.—

—Es que aún no tengo donde quedarme y quería ver si también me daba asilo en esta casa.— respondió

—Claro que puedes quedarte, todos te queremos mucho aquí.— dijo Barca —¿Y tus maletas?.—

—Estan en el auto.— respondió ella —¿Me ayudas a traerlas?.— pidió y él asintío

—Voy de inmediato.— exclamó él sin borrar aquella sonrisa que mantuvo durante toda su conversación

Él salió de la casa y se alejó de nosotras, ella me miró con el ceño fruncido y yo no entendía que pasaba

—Escuchame bien "hermanita", a partir de hoy las cosas en esta casa cambiarán un poco, no me gusta compartir la atención de los chicos y creo que contigo aquí tendré un gran problema.— dijo y la miré confundida

—¿Perdona?.— exclamé sin entender a qué se refería

—Sabes a lo que me refiero.— respondió —Alejate de ellos, en especial de Barca.—

—Estas loca.— dije mientras la dejaba ahí sola y caminaba fuera de la casa a donde habíamos dejado a Roberto, aún tenía que ayudarle a organizar todo para hoy

𝐅𝐑𝐀𝐓𝐄𝐑𝐍𝐈𝐃𝐀𝐃 (Esos 4 + Tú) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora