𝙑𝙚𝙞𝙣𝙩𝙞𝙙𝙤𝙨

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—Fué la mejor película del mundo.— exclamó Juan cuando todos entramos a la casa

—Debo de admitir que si estuvo buena.— dijo Ded

—Lastima que me la perdí.— habló Cry —Todo por jugar al enfermero.—

Las miradas de todos cayeron sobre mí, yo solo me senté en el sofá

—¿Estás mejor?.— preguntó Barca sentandose junto a mí

—Si, solo me sentía mareada y me dolía la cabeza, necesitaba tomar aire.— mentí

—Voy a revisar tu presión.— dijo Roberto sacando un aparato de un cajón y acercándose a mí —Necesito ver qué no tengas la presión alta o baja.—

Tomó mi brazo y yo me quedé quieta mientras el revisaba aquel aparato, realmente estaba sorprendida

—Estas bien, solo la tienes un poco baja.— dijo guardando el aparato —Pero no es nada de que preocuparse.—

—No sabía que tenías dotes médicos.— dije y rió

—Por eso lo tenemos aquí, él es el que nos revisa cuando estamos mal y nos ayuda a curar nuestras heridas, es una especie de doctor.— exclamó Juan

—Es muy curioso que una persona que parece no preocuparse por los demás sea el enfermero de la casa.— reí

—Creo que todos tenemos un papel en esta casa.— habló Barca y lo miré —Aún no descubro que papel juego yo pero por ejemplo, Ded es como el papá porque nos mantiene, Roberto al parecer es el doctor, Juan es el artista y tú eres la que nos da deliciosa comida.—

—¿Y yo qué?.— preguntó Cry

—Tú solamente estás aquí de paso, no te quedarás, tu papel no debe ser algo importante.— exclamó Roberto y todos rieron viendo como él hacia una mueca

—Bueno chicos, fué un placer convivir con ustedes pero creo que mejor iré a dormir un rato.— dije con una sonrisa mientras me levantaba del sofá —Buenas noches.—

Subí las escaleras y caminé el largo pasillo hasta entrar a mi habitación, me puse mi pijama y me recosté, minutos después se escucharon unos golpes en mi ventana así que me levanté para abrirla y ver a aquel chico colgado

—Te estoy esperando.— dijo

—¿Para qué?.— pregunté sin entender

—Habíamos quedado en que me leerías un capítulo del libro cada noche.— recordó

Estaba en pijama y tenía mucho frío como para salir, además no quería confundir aún más mis sentimientos

—Si no subes tendré que bajar.— amenazó

—Espera, voy a subir.— avisé

Me giré para buscar un abrigo y escuché como si algo hubiera caído, mi vista volvió inmediatamente a la ventana donde ya no estaba Roberto colgado

¡Se había caído! Yo se lo había advertido tantas veces, salí de mi habitación corriendo y gritando, los chicos salieron detrás de mí al escucharme tan alterada

—¿Qué pasó?.— preguntó Barca mientras me agarraba para detenerme

—Roberto se cayó del tejado.— dije mientras unas lágrimas salían de mis ojos

Todos bajamos las escaleras corriendo y salimos de la casa, lo pudimos ver en el suelo con una mueca de dolor

—Me duele todo.— se quejó con los ojos cerrados

—Te dijimos mil veces que ya no subieras al tejado, aunque no entiendo cómo te caiste.— dijo Juan

Barca, Ded, Juan y Cry lo cargaron para meterlo a la casa y recostarlo en el sofá, yo solo estaba muy asustada

—Creo que me rompí algunos huesos.— dijo

—Caíste desde dos pisos, es obvio que te rompiste algo.— dijo Ded —Debemos llevarte al hospital.—

—Voy a estar bien, solo estoy adolorido por el golpe, no quiero interrumpir sus horas de sueño.— habló Roberto

Lo miré atentamente, tenía sangre en su cara, realmente se había lastimado al caer

—No te llevaremos al hospital si te levantas y das dos pasos.— dijo Barca

Roberto hizo una mueca e intentó levantarse pero al parecer no podía hacer eso, no podía hacer nada.

—Vamos al hospital.— dijo Juan mientras se acercaba y junto a Barca ayudaron a Roberto a levantarse

—¿Puedo ir con ustedes?.— pregunté

—Tú quédate con Cry, es mejor que ambos descansen y si pasa algo con Roberto los llamaremos.— habló Ded

Después de unos minutos los cuatro amigos se habían ido y yo me senté en el sofá

—¿Cómo estás?.— preguntó Cry y yo tenía la mirada perdida en la nada

Me sentía culpable, él no se habría colgado si no fuera por mi culpa, me sentía preocupada y muy mal al verlo así

—Estoy muy mal.— lloré siendo abrazada por Cry

—Tranquila, todo estará bien.— dijo acariciando mi cabeza y yo seguía llorando

Estuvimos así unos minutos mientras yo sacaba todo el sentimiento que tenía dentro de mí, algo dentro de mí me decía que no era mi culpa pero mi cabeza me decía que si había sido por mí.

—¿Quieres ir a dormir?.— preguntó —Ya es muy tarde y debes descansar.—

—No quiero ir a dormir hasta saber cómo está Roberto.— respondí limpiando algunas lágrimas que aún seguían cayendo

—Vamos a descansar, no creo que lleguen temprano y si me llaman yo te aviso ¿si?.— preguntó y yo negué

—Me quedaré aquí hasta que ellos lleguen.— hablé y él suspiró

Pude ver cómo se levantó del sofá dejándome sola, suspiré mientras me acomodaba para intentar dormir ahí, no me iría hoy a mi habitación.

Unos minutos después bajó Cry de nuevo con una cobija y con bodoque en manos

—No pienso dejarte sola.— dijo dándome a bodoque y tapandome con la cobija

Se sentó en el piso mientras veía algo en su celular, yo solamente abracé a bodoque con todas mis fuerzas y pedí que él estuviera bien

—Intenta dormir, no me iré y estaré despierto, si llaman o llegan, te despertaré.— susurró

Cerré los ojos aferrandome a aquel peluche, Cry apagó la luz y volvió a sentarse en el suelo mientras jugaba con su celular, yo solo intentaba quedarme dormida pero eso era imposible

𝐅𝐑𝐀𝐓𝐄𝐑𝐍𝐈𝐃𝐀𝐃 (Esos 4 + Tú) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora