𝐅𝐑𝐀𝐓𝐄𝐑𝐍𝐈𝐃𝐀𝐃 (Esos 4 + Tú) ✓

𝙊𝙘𝙝𝙚𝙣𝙩𝙖 𝙮 𝙘𝙞𝙣𝙘𝙤

Estábamos en el avión, me había tocado sentarme con Axozer mientras Karchez accedió a ir solo. Aún no despegabamos pero yo estaba muy nerviosa, no solo por la gran mentira que les había dicho a los chicos y que podrían descubrir en cualquier momento, también por el vuelo, pensar en otro accidente me revolvía el estómago

—¿Estás bien?.— preguntó Axo —Creo que estás muy tensa.—

—No es nada, solo tengo un poco de miedo.— confesé

—¿Te da miedo volar?.— preguntó —Si es así podemos bajarnos y cancelo la grabación.—

Negué rápidamente con la cabeza, tampoco quería interferir con sus planes

—¿Recuerdas el accidente que te conté que tuve?.— pregunté y él asintío —Fué en un avión, por eso tengo miedo pero no quiero bajarme, quiero afrontarlo.—

Axo hizo una mueca y escuchamos como el motor se encendió, el avión se empezó a mover y yo solo pude cerrar los ojos con fuerza

—Tranquila, estoy aquí y no te pasará nada malo.— susurró y sentí que tomó mi mano

Abrí de nuevo los ojos solo para verlo, tenía una gran sonrisa, eso me daba un poco más de seguridad
El avión por fin despegó y yo intentaba dejar de pensar en la altura a la que estábamos pero era casi imposible

—¿Si tuviste tiempo de desayunar?.— preguntó como si quisiera distraerme

—Desayuné un poco de fruta y pensé que con eso sería suficiente.— respondí quitándole importancia —¿Tu desayunaste?.—

—No me dió tiempo y al final lo olvidé.— rió —Ahora me arrepiento, tengo un poco de hambre.—

Y en ese momento recordé que mientras él y Karchez habían ido a arreglar las cosas de los boletos, yo había ido a una tienda del aeropuerto para comprar los dulces que recordaba eran los favoritos de Axo

—Te compré algo.— exclamé mientras buscaba en mi bolsa y lo sacaba para después dárselo —No es mucho pero te servirá para aguantar el viaje.—

—¿Cómo sabías que me encantan estos?.— preguntó asombrado y sonrió —Nunca se lo había dicho a nadie, ni siquiera a Karchez.—

—Digamos que lo intuí, ví eso y pensé que te gustaría.— mentí

—Eres una genia.— exclamó mientras abría la bolsa y empezaba a comer —¿Quieres?.— ofreció

Tomé uno de los dulces y empecé a comer junto a él. El viaje no era largo así que Axo y yo nos pusimos a platicar sobre muchas cosas, le conté de los chicos de la fraternidad y él me contó sobre sus streams, era como si a ambos nos interesara conocernos más

—¿Te puedo confesar algo?.— preguntó y lo miré intrigada mientras asentía —Hay algo en tí que me parece muy familiar.—

—¿Familiar en que sentido?.— pregunté y escuché que rió

—Creo que te conozco desde antes de verte ayer en la cafetería.— exclamó y mi corazón empezó a latir rápidamente —Incluso creí que te había soñado y al verte me asombré de que fueras real, por eso choqué contigo ese día.—

Reí nerviosamente, talvez era el momento de confesarle de mi realidad dónde él era el protagonista y mi pequeña obsesión hacía él después de despertar

—Le conté a mis amigos y ellos pensaron que si te soñaba antes de conocerte era el destino preparándome para verte.— confesó —Me intriga saber cuál es tu propósito en mi vida.—

—No creo tener un propósito, quizás solo fue casualidad.— murmuré —Hay algo que yo también quiero confesar.—

Iba a decirle todo pero el avión empezó a moverse más de lo normal y una pequeña alarma sonó, eso hizo que me tensara

—Es una pequeña turbulencia, el clima está feo.— explicó y volvió a tomar mi mano —Respira y relájate, ya casi llegamos.—

—No puedo relajarme, tengo miedo.— dije con la voz temblorosa

Axo soltó mi mano para buscar algo en su mochila, sacó sus audífonos y me los puso rápidamente, puso una canción que no logré identificar pero era muy tranquila y después volvió a tomar mi mano

Lo miré con mis ojos cristalinos y él solo sonrió de nuevo, muy pocas veces había tenido este nivel de miedo y era asombroso la rapidez con la que Axo me estaba calmando

La turbulencia terminó casi al mismo tiempo que la canción, me quité los audífonos sin soltar su mano

—Gracias.— sonreí —No es normal que tenga estos ataques de pánico, solo me siento rara y con mucho miedo.—

—El miedo es una emoción natural, es normal tenerlo.— exclamó —Ponte mis audífonos, cierra los ojos y recuestate sobre mi hombro, aún faltan unos minutos para aterrizar.—

Asentí siguiendo las indicaciones que me había dado, sabía que quería que estuviera tranquila. Él me puso música y sonreí al escuchar canciones que me gustaban, quizás era una coincidencia pero prefería pensar que con él no existían las casualidades.

Perdí mi oportunidad de confesarle todo ahora, talvez eso no sería muy importante en el futuro ¿o si?