𝙑𝙚𝙞𝙣𝙩𝙞𝙩𝙧𝙚𝙨

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Eran aproximadamente las 08:00 hrs y aún no había señales de ellos, Cry se había quedado despierto hasta las 07:00 hrs y ahí decidimos cambiar de lugar, él se dormiría mientras yo esperaba que llegaran.

Fuí a la cocina para hacer algo de desayunar, me senté a intentar comer pero gracias a la preocupación nada me entraba, comía un poco y sentía ganas de vomitar.

Pasaron dos horas más y por fin escuché la puerta abrirse, corrí a la entrada solo para ver cómo todos entraban y ayudaban a Roberto que se encontraba en una silla de ruedas

—¿Cómo les fué?.— pregunté y todos se quedaron callados —¿Algo está mal?.—

—Necesitamos que seas fuerte.— dijo Barca y sentía una presión en mi pecho

Miré a Roberto y tenía la mirada triste, se veía muy mal, eso me hacía sentir horrible

—Roberto no volverá a caminar, se rompió la columna y tendrá que estar en silla de ruedas toda su vida.— aviso Juan

Me acerqué a él y tomé su mano, su vida se había arruinado.

—Perdón, fué mi culpa.— dije empezando a llorar de nuevo y lo abracé

El ambiente quedó en un gran silencio mientras yo seguía llorando sin soltar a Roberto

—Era una broma.— exclamó Ded y los miré sin entender —Roberto solo se quebró una pierna, lo demás está bien.—

Juan empezó a reír y yo los miré mal, me separé de Roberto mientras subía corriendo a mi habitación y azotaba la puerta, ¿Cómo se les ocurría decir que uno de mis amigos estaba permanentemente discapacitado y pensar que sería una buena broma?

Seguía llorando pero ahora solo era por el susto de pensar que realmente pudo quedar mal por mí

—Perdonanos, fué idea de Juan y pensamos que sería gracioso asustarte.— habló Barca entrando a mi habitación —No pensamos en tus sentimientos y eso estuvo mal, perdón.—

Lo miré y corrí para abrazarlo, necesitaba calmar toda la preocupación que había sentido durante la noche, él correspondió a mi abrazo

—Me preocupaba mucho Roberto.— dije sin soltarlo —Sentía que me faltaba el aire.—

—Está bien, solo fué un susto.— dijo acariciando mi cabello —Todos le advertimos a Roberto que no debía estar en el tejado pero a él le gustaba subir.—

—Sentía que cualquier cosa que le pasará sería mi culpa.— confesé separandome del abrazo

—¿Por qué sería tu culpa?.— preguntó mientras secaba mis lágrimas con sus dedos

—Yo había quedado en subir con él al tejado pero me olvidé de eso, él estuvo esperándome y después se colgó solo para tocar a mi ventana.— recordé

Él me miró haciendo una mueca y después tomó mis manos

—No importa cuál fué la circunstancia, Roberto se puso en riesgo solo.— exclamó —Ademas estará bien, en el hospital le hicieron muchos estudios y lo único grave es lo de su pierna, fué un milagro que algo más no le pasara.—

—¿Entonces que pasará con él este tiempo?.— pregunté confundida sin soltar sus manos

—Tendremos que adaptarnos a una nueva rutina, probablemente Roberto se quede un tiempo sin salir de su cuarto y eso lo pondrá mal.— respondió con un suspiro y soltó mis manos —Tú ya no te preocupes por nada, nosotros nos encargaremos de todo.—

Sonreí murmurando un "gracias" y ví como sonrió para después salir de la habitación. Suspiré y me recosté un rato, tenía muchísimo sueño por no dormir bien la noche anterior.

Las horas pasaron, desperté y eran las 15:24 hrs, al parecer había dormido demasiado ya. Miré a un lado y alguien había dejado a bodoque con un plato lleno de comida

"Te vimos dormida así que dejamos la comida aquí, ya no te preocupes tanto por nosotros, somos tontos"

Podía reconocer perfectamente la letra, era de Barca, guardé la nota dentro de un cajón, ahí tenía todas las que había logrado guardar tanto de él como de Roberto.

Comí lo que me habían dejado y realmente sabía mal, ahora entendía porque les gustaba que yo cocinara, acabé de comerlo solo para que ellos pensaran que si me había gustado. Salí de mi habitación para ir a lavar mi plato y cuando bajé las escaleras solo pude ver a Juan ordenando la sala

—¿Y los demás?.— pregunté con una sonrisa

—Cry salió a comprar algunas cosas.— respondió sentandose en el sofá —Barca acompañó a Ded al trabajo porque tenían que charlar a solas.—

—¿Y tú por qué no saliste? ¿No tenías que ver a Ari como todos los días?.— pregunté

—Es que tú estabas dormida y tengo que estar al pendiente de Roberto, quizás necesite algo.— respondió

—Puedes irte si quieres, yo me haré cargo de Roberto mientras los demás llegan.— dije aún con mi plato en las manos

—¿Neta?.— preguntó y asentí —Eres la mejor.— se levantó y besó mi mejilla antes de salir corriendo

Reí, ojalá algún día alguien esté tan enamorado de mí así como Juan de Ari, siempre estaba tan emocionado por verla. Fuí a la cocina a lavar mi plato y después volví a subir las escaleras pero esta vez en dirección a la habitación de Roberto, estando frente a la puerta dí algunos golpecitos

—Ya les dije que estoy bien, no necesito nada.— se escuchó su voz dentro de la habitación

Abrí la puerta y lo ví recostado en su cama, se veía tan inmóvil

—Ah, no creí que fueras tú.— dijo al verme, entré y cerré la puerta detrás de mí

—Quería venir a verte, no quería que estuvieras solo y yo tampoco quería estar sola.— dije acercándome a su cama y sentandome —¿Te duele?.—

—¿Te refieres a mi pierna?.— preguntó y asentí con la cabeza —Ni siquiera la siento, no puedo moverla pero me duele más mi espalda, realmente me golpeé fuerte.—

—Realmente me asusté.— confesé y él me miró con una sonrisa

—¿Te preocupaste por mí?.— preguntó manteniendo su sonrisa y asentí —Eso quiere decir que te importo más de lo que quieres admitir.—

Mi corazón volvía a acelerarse después de ver cómo Roberto tomaba mi mano de nuevo

—Me preocupo por tí, igual que me preocupo por Juan, Ded, Barca o Cry.— aclaré nerviosa soltando su mano y escuché como rió

—Sabes que en el fondo sientes algo por mí, no está mal admitir lo que sientes.— exclamó y lo miré mal, no sentía algo por él ¿o si? —Dejaré de insistir con este tema.—

—Bueno, ¿Qué quieres que hagamos?.— pregunté sabiendo que él no se podría levantar a hacer gran cosa

—Sobre mi mueble de allá, está el libro que me diste la otra noche.— dijo señalando un mueble

Me levanté por él, lo tomé y volví a sentarme junto a Roberto

—Lee el primer capítulo.— pidió —Ayer no pudimos empezar a leerlo juntos y realmente me quedé con las ganas de escucharte leerlo.—

Sonreí y abrí el libro, ví como él se acomodaba mejor y empecé a leer

𝐅𝐑𝐀𝐓𝐄𝐑𝐍𝐈𝐃𝐀𝐃 (Esos 4 + Tú) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora