𝐅𝐑𝐀𝐓𝐄𝐑𝐍𝐈𝐃𝐀𝐃 (Esos 4 + Tú) ✓

𝙎𝙞𝙚𝙩𝙚

Los días pasaban y yo seguía acumulando las cajas que no me animaba a abrir, seguía tratando de evitar a los chicos siguiendo la misma rutina, me levantaba a desayunar con Ded, les dejaba el desayuno y me encerraba en mi habitación.

Alguien golpeó mi puerta y no quería abrir así que ni siquiera respondí

—¿_____?.— escuché la voz de Juan detrás de la puerta —Te traje un regalo.—

Me levanté con pesadez de mi cama para abrir la puerta, Juan entró y yo cerré la puerta de nuevo

—Te traje esto.— dijo dándome el dibujo que había hecho de mí hace unas semanas —Lo imprimí para que pudieras tenerlo aquí.—

—Gracias Juanito, lo voy a atesorar por siempre.— sonreí mientras lo veía con detenimiento —Es hermoso.—

Pude ver qué él se sentó en mi cama así que me senté junto a él

—Cuéntame que pasó en mi cumpleaños.— pidió —Desde ese día no sales de aquí y me preocupa no verte jugueteando en toda la casa como siempre.—

—Es una larga historia Juanito.— dije haciendo una mueca

—Tenemos toda la tarde, quiero los detalles.— exclamó y sonreí un poco

Empecé a contarle todo, desde la discusión que tuve con Roberto, el beso, las cajas y la reacción de Barca. Juan solo me miraba cada vez más sorprendido

—¿Desde ese día no abres las cajas que siguen apareciendo?.— preguntó y negué —¿Puedo abrirlas yo?.—

—Haz lo que quieras.— dije señalando las cajas que tenía arrumbadas en la esquina de mi habitación

Juan se acercó a ellas y se sentó en el piso para ir abriendo una por una.

—¿Segura que son de Roberto?.— preguntó y yo asentí con la cabeza —Pues tiene muy buen gusto, no soy chica pero amaría ponerme todo esto.— bromeó mientras sacaba las cosas de las cajas

Habían aproximadamente seis cajas y Juan solo tardó cinco minutos en abrirlas todas.

—Mira todo esto, te da muchas cosas todos los días y a mí no pudo darme nada en mi cumpleaños.— se quejó y reí

—Puedes quedarte lo que quieras.— dije y él tomó un pequeño anillo de ahí

—Cuando tenga el valor se lo daré a la chica que me gusta.— dijo sonriendo y yo asentí con la cabeza —Por cierto, ¿Vas a querer las notas que habían en las cajas o las tiro a la basura?.—

¿Quería las notas? No sabía si seguirlas guardando después de todo esto aunque me moría de ganas por leerlas

—Dámelas.— pedí y él las junto para después ponerlas en mis manos

—Iré a buscar algo a mi habitación.— dijo —Deberías salir de aquí, no te hará bien seguir aquí encerrada la mayor parte de tus días.— aconsejó antes de salir

Cuando Juan se fue empecé a leer las seis notas que tenía en las manos, sentía que mi corazón se estrujaba con cada una de ellas.

"Perdóname, empecemos desde cero por favor"

Siempre había querido empezar a llevarme bien con Roberto pero ¿Lo podría hacer ahora?. Tomé toda la fuerza necesaria, guardé las notas junto a las demás y salí de mi habitación.
Bajé las escaleras y los vi a los dos sentados en la sala, cada uno jugando con sus respectivos celulares, caminé hasta ponerme frente a Roberto y ambos me miraron extrañados

—Empecemos de nuevo.— dije estirando mi mano esperando a que él la tomara

Se levantó haciendo que yo diera unos pasos hacia atrás y después tomó mi mano

—Me parece bien.— dijo con una sonrisa e inconscientemente también sonreí

Barca también se levantó mientras me miraba fijamente, sabía que no había una razón lógica para sentirme incómoda con él pero cuando lo veía sentía muchos nervios

—También quiero arreglar las cosas contigo.— dije soltando la mano de Roberto y dirigiéndome a Barca

—¿Conmigo? ¿Qué hay que arreglar?.— preguntó

—Confío en ti más que en nadie, después de todo tú me ayudaste y gracias a ti empecé a vivir más tranquila.— dije —No sé si realmente escondes algo y no me quiero entrometer en algo que no me incumbe.—

Él me miró ahora con una sonrisa, sabía que Barca era algo así como un ángel para mí y no debía sentirme mal a su lado

—Volvamos a la normalidad todos, finjamos que no pasó nada esa noche.— pedí y ambos asintieron —Y otra cosa, no es necesario que las cajas sigan apareciendo en mi habitación, las valoro mucho pero ya tengo suficientes cosas.— dije y Roberto rio un poco

Me senté junto a ellos y empezamos a hablar sobre una nueva película que querían ver, era sobre terror así que iban a esperar a que fuera de noche y también así estaría Ded en la casa.

—¿Y Juan?.— pregunté cuando al ver que no había bajado

—Como es costumbre salió.— respondió Barca, era tan sigiloso que ni siquiera lo había escuchado salir

—Estoy aburrida.— dije y ambos me miraron

—Juguemos algo.— propuso Barca —¿Escondidas?.—

—¿Piensas que tenemos 5 años?.— preguntó Roberto riendo y Barca se quejó

—A mí no me parece mala idea, incluso creo que sería entretenido.— dije con una sonrisa mientras me levantaba

Después de unos segundos Roberto también accedió a la idea de jugar eso, yo empezaría a contar mientras ellos se escondían. Terminé de contar y empecé a buscarlos, busqué en la cocina, en la habitación de Ded, en la habitación de Roberto, en la habitación de Juan y no había nada, suspiré sabiendo que solo quedaba mi habitación y la de Barca.

Entré a mi habitación sabiendo que supuestamente tenía "prohibida" la entrada a la habitación de Barca, fui al armario para abrirlo y ahí pude ver a Roberto escondido

—¡Te encontré!.— grité emocionada mientras pude ver qué él reía

—Nunca se habían emocionado tanto por encontrarme, ni siquiera cuando era pequeño.— se burló

—Cállate y ayúdame a buscar a Barca.— ordené y él asintió

Buscamos durante 10 minutos y no lo encontrábamos ¿Había sido capaz de meterse a su habitación? Eso sería trampa

—Creo qué sé dónde está.— dijo Roberto corriendo escaleras abajo y dejándome intrigada pero yo seguí buscando en mi habitación, no me iba a rendir en este juego

Volví a buscar debajo de mi cama y pude verlo ahí acostado, me asustó bastante

—¿Cómo es posible? Hace menos de cinco minutos busqué aquí y no estabas.— dije viéndolo salir y levantándose

—Soy un excelente jugador, solo fue eso.— respondió con una gran sonrisa —Les gané, ¿Cuál es mi premio?.— preguntó acercándose y tomando mis manos

—Técnicamente no ganaste porque te encontré.— recordé sin soltarlo, me gustaba sentir su tacto

—En todo caso, ¿Qué quieres de premio por ganar?.— preguntó con una sonrisa

Yo también sonreí, me sentía realmente tranquila cuando estaba a solas con él, quizás era por todo lo que él me había ayudado

—Quiero una cena.— respondí y él me miró intrigado—Una donde yo no cocine, dónde comamos algo delicioso y nos riamos.— agregué

Quizás era mucho y sonaba muy atrevida, pero quería ver si era capaz de organizar algo así para ambos. Su sonrisa aún no se borraba, después de unos segundos solo asintió con la cabeza, soltó mis manos y después salió de mi habitación