Capítulo 17 - Caos

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Capítulo 17: Caos.

―Ahora eres mía, Ashley.

«Eres mía, Ashley»

«No hay nadie que vaya a quererte como yo»

«Siempre serás mía»

«Mía»

Pero ella no era suya. Al menos ya no quería serlo. En el vacío de la oscuridad era en lo único que podía concentrarse, las palabras la mantenían cuerda. La presión en sus manos era lo que la mantenía en aquella silla. Solo la había dejado levantarse un par de veces en una cantidad de tiempo que le parecía eterna. Era difícil ubicar el paso del tiempo, ¿era de día o de noche? Ni siquiera podía adivinar si solo había pasado una hora o un día desde que estaba ahí.

―Me elegiste a mí.

«Soy tu única opción»

―Te amo.

«Te amo»

―¡NO!

Finalmente todo se detuvo.

Cuando los brazos que la rodeaban por fin se detuvieron, se permitió abrir los ojos y enfocarse en la realidad. Ella no estaba en una habitación oscura ―al menos no del todo―, no estaba atada y el hombre frente a ella no era otro que Nathan. Su mirada la hizo volver a recordar y todo lo que había sucedido esa noche desde que él se apareció en el callejón y ella finalmente se decidió por él.

Ambos volvieron adentro para enfrentarse a una muy feliz Lynn, unos confundidos Claire y Blaine, y a un decepcionado Jeff cuando comprendió que ahora estaban juntos. Solo había decidido rendir explicaciones a éste último aunque sentía que le debía más. Había razones por las que ella había estado con él y probablemente nunca las recordaría, pero fuera como fuese, ahora había otras razones para escoger a Nathan. No importaba lo que había pasado. No podía depender de recuerdos que probablemente nunca volverían hacer acto de aparición en su cabeza.

Nathan se estaba quedando en un hotel y había insistido en que se fuese con él para poder estar solos. Ninguno tenía en mente continuar una plática que estaba zanjada así que, tan pronto él cerró la puerta, los labios de él estuvieron en los suyos. La ropa fue un borrón de recuerdos; recordó ser la primera en desnudarse y a Nathan encargarse de su cuerpo. Luego él fue el siguiente. No recordaba su primera vez con Nathan o alguien más así que se permitió sentirse como si esa lo fuera y en cierta manera era así, ellos estaban comenzando algo nuevo así que todo lo que hacían, incluso el beso en el callejón, había sido una primera vez.

Habían hecho el amor sin conocer el paso del tiempo. Sabían que habían salido del bar cerca de media noche pero aun estaba oscuro cuando finalmente cerró los ojos. Pocos rayos de sol se filtraban por la ventana cuando ella reconoció que había tenido otra pesadilla y que había confundido los brazos de Nathan y su voz con los sucesos del sueño.

―Ashley, mírame ―él tomó su rostro con ambas manos y la obligó a enfocarse en él―. ¿Qué está mal?

―La misma pesadilla ―confesó, sin tener motivos para mentir―. No entiendo por qué se está volviendo un sueño recurrente.

―¿Esta es la tercera vez? ―ella asintió―. ¿Siempre es lo mismo?

―Prácticamente. Siempre es la misma situación, lo que cambia son las palabras del hombre que habla ―se sentó, llevando la sábana consigo para cubrirse―. Creo que debo decírselo a la Dra. Sullivan.

―Si ―su voz fue vaga. Tomó su mano y tiró de ella para sentarla en su regazo―. Quiero que me cuentes cada vez que pase y qué sucede de nuevo, ¿sí?

Desde el principio... Otra vez ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora