Bruce Wayne

1.3K 81 0
                                    

—¿Qué es ese olor? —cuestionó el mayor levantándose y saliendo de su habitación.

Al bajar pudo notar música alegre y unas cuantas decoraciones por todo el lugar ¿Qué estaba pasando?

—Diane.

—¿Sí, señor.

—¿Qué está pasando?

—Es su cumpleaños, creo que se le ha olvidado, con Alfred quisimos hacerle una sorpresa.

—¿Qué? ¿En serio?

—Obviamente. —la castaña sonrió enseñando un pastel. —la decoración es pésima, lo sé.

—De echo es linda. —Bruce no lo admitía, pero le gustaba la castaña. —pero no puedo festejar mi cumpleaños.

—Lo lamento.

—Como sea. —¿Por qué si la amaba era tan grosero con ella? —Diane.

—¿Sí, señor?

—No hagas nada estúpido y quita las decoraciones, son horriblemente estúpidas. —dijo con un tono completamente frío y despiadado.

—La menor bajó su cabeza. —sí señor.

—Diane.

—¿Sí señor?

—Sube la cabeza. ¡Ahora!

La menor con algo de temor alzó la cabeza encontrándose con la fría mirada de Bruce Wayne.

—Quiero que quites todas las decoraciones en esté instante o estarás despedida.

—La menor incrédula le miró, cegada por la rabia tomó una serpentina tirándola en la cara del mayor. —haga lo que quiera.

—Bruce tomó la serpentina que estaba colgando en su cabello tirándola a un lado. —¡DIANE!

—¡VÁYASE AL DEMONIO!

—¡SOY TU JEFE NO PUEDES HABLARME ASÍ!

—¡JEFE O NO VÁYASE AL DEMONIO!

Bruce tomó sus cabellos con desesperación, amaba a Diane, en serio lo hacía, pero no entendía porqué era así con ella.

—¡Diane! —gritó Bruce abriendo la puerta de la habitación de la menor. —¿Qué haces?

—Que le importa.

—¡Vuelve aquí! Querida Diane ¡No me hagas ir a buscarte!

Bruce corrió escaleras arriba, tomando por sorpresa a Diane quien por sus reflejos le terminó propinado un golpe en el labio.

—¡Dios!

—¡No me disculparé! Tengo reflejos.

[***]

La noche había caído en Gotham, Diane se encontraba en su habitación alistando un par de cosas, Bruce estaba en la puerta debatiendo si entrar o no.

—¿Puedo pasar?

—Es su casa.

—Diane yo...

—Por el simple echo de tener dinero Bruce, no le da el derecho de tratar a los demás como si no valieran nada, muchas personas que no tienen dinero merecen más valor y respeto que usted.

—Créeme Diane, que eso lo sé, quiero decirte algo.

—¿Qué?

—Diane yo. —suspiró. —te amo ¿Okay? Y no sé como ni cuando, todos estos años parecía que te odiaba, cuando Jerome te secuestró envié a los mejores hombres de Gotham a buscarte, me enamoré de ti desde el primer momento en que te vi, y esto esta mal, lo sé, soy mayor que tú y también sé que...

—Silencio.

—¿Disculpa?

—Te puedes ir al demonio.

—¿Otra vez?

—Vete.

—¡Te acabo de declarar mis sentimientos y tu...!

—¿Y yo qué? ¿Tengo qué ir corriendo a tus brazos y decirte qué te amo y qué estoy enamorada de ti? ¿Perdonar todo lo que me has hecho por qué eras un completo inepto en el amor? ¿Qué no sabe cómo sentir sus emociones? Somos iguales en eso Bruce, pero yo no necesito tratar mal a los demás.

—¿A dónde vas?

—Lejos Bruce.

—No...

—Vete al demonio, Wayne.

[***]

—¿Amo Bruce? ¿Y la niña Diane?

—Sé ha ido.

—¿Qué?

—Renunció. —anunció Bruce con un hilo de voz.

—¿Por qué?

—Tuvo mejor oferta laboral, y se marchó.

—Amo Bruce, usted no toma whisky por nada ¿Qué le pasó?

—Discutimos, ella se marchó y yo, estoy aquí Alfred, bebiendo un whisky barato en una taza barata.

—Amo Bruce... ¿Quiere qué hablemos de esto?

—No Alfred.

—Amo Bruce.

—¿Sí Alfred?

—Usted la amaba ¿Verdad?

—Como nunca había amado a alguien.

—Créame amo Bruce, ella también le amaba a usted.

Gotham One Shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora