Bruce Wayne

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—¿Trajeron lo qué les pedí?

—Amo Bruce ¿Y sino encuentra lo qué usted espera?

—Hay un niño llamado Damián que se parece a mi cuando era pequeño y también se parece a mi padre, Alfred.

—¿Está diciendo qué ese niño es su hijo?

—Alfred, hace años salí a una fiesta y conocí a una chica realmente sexy y me gusto, luego no recuerdo que pasó.

—¿Usted cree qué ese niño sea suyo, amo Bruce?

—No lo creo, lo sé, nos parecemos.

—Amo Bruce...

—Quiero un análisis de sangre para Damián Granger para mañana mismo. —exigió el mayor hablando por teléfono.

—Amo Bruce ¿Y sino es su hijo?

—¿Y sí lo es? ¿Y lo abandoné?

—Amo Bruce, usted no sabía de la existencia del pequeño, no es su culpa.

—Sólo quiero saber si es mío o no.

—Amo Bruce, sinceramente con este asunto de Batman usted y su "hijo" correrían y correrán peligro.

—Tomaré el riesgo.

—¿Y la madre del niño?

—¿Acaso importa? Ese niño es mi hijo y...

—Señor Wayne, disculpe por entrar así.

—No importa ¿Qué pasa?

—El detective Gordon está abajo.

—Hazlo pasar.

—Eso haré.

—Amo Bruce ¿Metió al detective Gordon en esto?

—Sí.

—Bruce, que bueno que te veo.

—Igualmente Jim ¿Tienes noticias?

—Damián Granger, cinco años, Diane Granger es su madre.

—¿Ubicación?

—New York.

—¿Viven en New York? Iré por ellos.

—¿Qué? —espetaron ambos hombres.

—Dije que iré por mi hijo, y por la madre de mi hijo.

—Amo Bruce, es una locura.

—¿Y qué importa? Alisten mi helicóptero, saldremos en una hora.

—Sí amo Bruce. 

[***]

—¿Tienen la dirección exacta de dónde están? 

—El joven Damián se encuentra en su club y la señorita Granger en su empresa. 

—Bien ¿Dónde queda la empresa? 

—Queda a unos cuatro minutos de aquí amo Bruce. 

—Bien, iré caminando. 

—¿Está completamente seguro, amo Bruce? 

—Créeme Alfred, lo estoy. 

—Bien, amo Bruce, cuídese. 

[***]

—Hola, disculpe tengo una reservación con la señorita Diane Granger. 

—¿Quién le busca? 

—Bruce Wayne, de las empresas Wayne. —Bruce sonrió quitándose los lentes dejando atontada a la pelirroja. 

¿Y para qué negarlo? Bruce literalmente era todo un dios griego. 

—Ah... c-claro s-señor, la señorita Granger lo espera. 

—Gracias. —Bruce volvió a sonreír tomando sus anteojos nuevamente dirigiéndose al ascensor. 

[***]

Al terminar de subir caminó por un largo pasillo mirando las diversas decoraciones que habían hasta llegar a la puerta de su amada. 

Miró el lugar, no había nadie trabajando, sólo se escuchaban voces desde la oficina más grande que había en el lugar, seguramente todos estaban en hora de almuerzo. 

Siguió caminando hasta llegar a la gran puerta gris con una placa dorada en su puerta. 

Diane Granger

Bruce tocó la puerta escuchando un adelante desde adentro. 

Al abrir la puerta se topó con la silueta de su amada con la vestimenta de una mujer exitosa. 

—¿Cuánto tiempo pretendías esconder a mi hijo de mi, Diane? 

—Oh, Dami, mami tiene que hablar con alguien, después te llamó ¿Okay cariño? Adiós, te quiero, si, si iré a verte, descuida. —colgó la llamada y suspiró. —¿Tú quién eres? 

—Oh, ahora no me recuerdas, bien, soy Bruce Wayne, padre de tu hijo, Damián Granger. 

—Wow, con que seguridad hablas Wayne. 

—¿Ahora sí me recuerdas? 

—Claro, recuerdo haberte conocido en un viaje a Suiza y... 

—¿Y? ¿Qué pasó en Suiza? —Bruce sonrió con arrogancia. 

—Lo que pasa en Suiza, se queda en Suiza. —dijo la castaña. —y ese niño no es tu hijo. 

—¿Ah no? Entonces si hago una prueba de ADN no hay problema ¿O sí? 

—No dejaré que toques a mi hijo. 

—También es mi hijo y quiero una prueba de ADN. 

—Sólo se hará si Damián está de acuerdo. 

—Me parece ¿Cuándo hacemos la prueba de ADN? 

—Mañana, hablaré con él. 

—¿Cómo es mi hijo? 

—La morena suspiró tomando su celular. —es él. 

Bruce tomó el celular mirando un ridículo parecido entre ellos dos ¿Quién podía negar qué aquel niño era suyo?

—Es bello, igual que su madre. 

—Con un carácter difícil. 

—Lo sacó de mi. 

—¿Qué harás cuándo te des cuenta de qué no es tuyo? 

—Me alejaré completamente. 

—Bien, prepárate para alejarte de MI hijo, para siempre.

—Bien, prepárate para que vea a MI hijo. 

—Eres un inmaduro en serio. —la castaña gruñó tomando las llaves de su auto. 

—Diane. —Bruce la tomó del brazo. —no planeó quitarte a Damián ni mucho menos, pero como su padre quiero conocerle. 

—¿No lo entiendes, verdad? —la castaña quitó el brazo de su amor adolescente saliendo de su oficina. 

—¿Qué no entiendo qué? —el ojiazul cuestionó en voz alta.

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