Gotham One Shots

Jason Todd

¿No estabas muerto?

Un año antes.

—Entonces... ¿Jason Todd? —cuestionó Diane mirando al petirrojo.

—Así es. —sonrió.

—¿Hijo de Bruce Wayne?

—Adoptivo.

—Que tierno. —la castaña sonrió mirándolo. —bonita moto.

—Gracias, es extraño.

—¿Qué? ¿Qué a una mujer le gusten las motos? Son... llamativas.

—No... qué la hija de Dawn y Hank me hablé.

—¿Por qué?

—Tu papá me odia.

—No.

—¿Segura?

—Completamente, solamente es extraño, sólo sé abre con mamá.

—¿Y contigo no? Eres su hija.

—Diane dio cuando sonrisa de boca cerrada. —no confía en mí supongo.

—Eres bastante confiable.

—Gracias Todd, ¿Quieres hablarme de ti?

[***]

—Y así fue como Batman me adoptó.

—Wow. —sonrió Diane. —¿Intentar robar las ruedas del bati-móvil? Eso si que fue arriesgado.

—Lo fue, pero Bruce vio potencial en mí.

—Tal vez sino lo hubiese hecho estarías tras las rejas.

—Tal vez. —rió el petirrojo.

[***]

Seis meses después.

La relación entre el petirrojo y la menor se iba desarrollando cada vez más y más hasta el punto de Hank temer por su propia hija.

—El amor es algo muy poderoso, te hace cometer locuras.

—Basta Hank, no la molestes, es una niña enamorada.

—Sé que el amor es peligroso y loco, pero no importa, no estoy enamorada ni nada por el estilo.

—Claro, dime ¿Qué harías sí ves a Jason con Rose?

—Claramente nada ¿Qué haría?

—Luchar por él.

—No creo que valga la pena, si Jason quiere ser feliz con alguien, que lo sea, no importa.

—También el amor te hace ser más inteligente. —informó Hank.

—¿Por qué hablamos de esto? ¿En qué momento pasamos de hablar de la misión a esto?

—Sólo queríamos saber como...

—No hablas con nosotros, nunca lo haces, no sabemos nada de ti. —reclamó Hank.

—Hank basta...

—¿Por qué Down? ¿Por qué no conocemos a nuestra propia hija?

—Hank ya...

—Dime ¿Has sabido algo de ella? ¿Qué le gusta?

—Hank. —Dawn exclamó, sabía que los poderes de Diane se podían activar en cualquier momento.

—Suficiente, debo irme. —dijo Diane saliendo de la cocina.

—¡Aún no hemos terminado de hablar!

—¿A dónde vas?

—Sí me conocieran lo sabrían. —dijo la menor cerrando la puerta.