Gotham One Shots

Bruce Wayne

—Y recuerden niñas, Bruce tiene que creer que ustedes son sus amigas.

Silver y Diane asintieron retirándose de la sala de su tío, de su loco y problemático tío.

—¿Cuál crees qué deba usar? ¿Diane? ¡Diane!

—¿Qué?

—¿Cuál usaré?

—El que quieras.

—Diane te conozco ¿Qué te pasa?

—Nada.

—¿No quieres hacer esto?

—¿Jugar con un niñato adinerado para quitarle dinero? ¿Tan malas personas somos, Silver?

—Somos Galavan's ¿Qué esperabas?

—Niñas, Theo pide que se presenten abajo, Silver ¿Ya tienes tu vestido?

—Sí tía.

—¿Diane? ¿Te quedarás aquí?

—Bajaré a leer un rato.

—No en frente de Bruce.

—No en frente del estúpido niñito Wayne. —repitió Diane tomando su libro y bajando las escaleras.

—Ya llegó, a sus posiciones. —avisó el Galavan mayor.

[***]

—Ella es mi sobrina, Silver St. Cloud.

—Es un placer Silver.

—Es un placer Bruce. —sonrió Silver besando las mejillas de esté.

—Silver estaba en Suiza, estudiando pero ha vuelto.

—Suiza, tengo una casa allá. —rió Bruce y Diane rodó sus ojos.

—Creo que tendrán mucho tiempo para convivir, Silver y mi sobrina Diane irán a Gotham High.

—¿Diane?

—La hija de mi hermana. —dijo Theo, aquello claramente era mentira, Diane había sido robada de los brazos de su madre cuando tenía unos minutos de nacida por su aparentemente tía Tabitha. —no se presentó, muy posiblemente esté leyendo.

—¿Puedo conocerla?

—Silver rió. —Diane no importa Bruce.

—Quiero conocerla. Es decir... ¿Puedo?

—Seguro Bruce, eres como parte de la familia. Tabi ¿Podrías llamar a Diane, por favor?

—Claro, regreso enseguida. —rió Tabitha subiendo las escaleras. —nena, Theo te habla.

—Dile a Theo que se joda. —contestó tranquilamente leyendo su libro.

—Hum...

—¿Qué quieres Tabitha?

—¿Leyendo Harry Potter?

—¿Algún problema?

—Ninguno, sólo baja por favor, Bruce quiere conocerte.

—¿Y por qué querría conocerme el niñato Wayne?

—No sé, sólo baja ¿Sí?

—Tengo cosas muchísimo mejores que hacer.

—Sino bajas romperé todos tus libros de Harry Potter.

—Sí lo haces haré que a Bárbara la devoré un tiburón, Trevor tiene hambre. —rió Diane mirando a su tiburón.

—¿Por qué te dejamos tener un tiburón?

—Pregúntale a Theo.

—Sí bajas. —Tabitha suspiró. —te ayudaré a encontrar a tu madre.

—¿De qué hablas? Sí mi madre es tu hermana. —indagó leyendo.

—Diane, ambas sabemos que ya no crees ese cuento, sólo has esto por nosotros ¿Okay? Te ayudaré.

—Sé que no debo confiar en ti, Tabitha Galavan, si me traicionas despídete de la rubia loca.

—Trato.

[***]

—Ya viene. —sonrió Tabitha.

—Buenas tardes. —sonrió Diane, en aquella sonrisa Bruce podía asegurar que era la más sincera que había recibido en toda su estancia en ese lugar.

—Querida él es...

—Soy Bruce Wayne, encantado de conocerte.

—Diane Galavan, igualmente.

—Bruce ¿Quieres qué te muestre la casa?

—Gracias. —sonrió esté siguiendo a la rubia. —Diane ¿Vienes?

—Gracias, pero mi tío me espera, en otra ocasión será.

—Okay.

[***]

—¡Bruce! —Silver llamó al niñito Wayne. —¿A dónde vas?

—¿Dónde está Diane?

—¿Diane? No sé ¿Por ahí?

—¿Por ahí? ¿No sabes lo peligroso que es Gotham?

—Diane sabe de los peligros de Gotham.

—Gotham está aún más peligroso. —amenazó Bruce. —no debe de andar sola.

—Silver siguió a Bruce. —¿A dónde vas?

—A buscar a Diane.

—Pero Bruce...

—No Silver, si a ti no te interesa tu prima no es mi problema ¿Pero a mí? A mí ella sí me interesa, con permiso.

[***]

Nadie sabía como ni cuándo pero Bruce había caído en los encantos de Silver St.Cloud.

—Sé mi novia. —murmuró Bruce en medio de un beso.

—Cuando quieras. —rió la rubia.

—¿Pueden besarse en otro lugar? —pidió Diane.

—Es asqueroso. —apoyó Selina.

—Dia ¿Por qué no vas a leer?

—¿Por qué no haces a tus futuros hijos en otro lado?

—Es la casa de Bruce. —sonrió victoriosa la rubia.

—Es mi parte de la casa.

—Cierto. —rió Bruce. —vamos con Alfred.

—Tu hermana y tu son unas mentirosas.

—Silver no es mi hermana y no es algo que te incumba.

—Diane tú no eres así, lo veo.

—No me importa lo que veas.

—Diane...

—Buscó a mi madre ¿De acuerdo? Le fui arrebatada de pequeña.

—Lo siento.

—Ni una palabra de esto, Kyle.

—Nada sabrá.

Ambas mujeres estrecharon sus manos, sin saber que muy posiblemente estaban cerca de sus madres.