Star-crossed (2/?)

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Notas: Segunda parte, chiques! Disfruten <33

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— ¿Vos creés en el amor a primera vista?

Ián sabía que Roque lo miraba con las cejas arqueadas y esa carita burlesca tan típica suya, pero aun así se negó a levantar la vista de sus facturas y su café de la mañana. La tiendita ubicada en el primer piso de la empresa no se encontraba demasiado concurrida ese día, por lo que habían logrado conseguir un puesto en los sillones que estaban al costado de los grandes ventanales. La vista hacia afuera era la de una mañana limpia y soleada y el calor ya estaba traspasando los vidrios para colarse por sobre sus trajes y empezar a pegar con fuerza.

— ¿Y esa pregunta, Ián? —le devolvieron por respuesta. Ián negó con la cabeza, levantándola para ver a Roque a la cara. Los ojos azules del alfa ahí frente a él, su mejor amigo, continuaban observándole como si hubiese estado hablando tonterías o como si su discurso no tuviera ni un sentido. Ián estaba seguro de que Roque sabía que su pregunta tenía que ver con lo que había sucedido esa noche en su cumpleaños y no entendió porqué no se lo sacaba a relucir de inmediato.

— ¿O en los destinados? ¿En las almas gemelas? ¿Creés en todo eso?

— Por favor decime que no me estás preguntando esto porque te enganchaste del puto que garchaste en mi cumpleaños. —Era una orden esa, Roque había utilizado ese tonito que ocupaba para menospreciar a sus subordinados en la empresa de sus papás.

Entre jugueteo y jugueteo con la pajita de su café, Ián se da el valor para soltar las dudas que le han comido la mente desde que pasó lo que pasó esa noche, a bocajarro y sin rodeos.

— Indujo mi calor, Roque, nunca ningún omega había hecho eso. ¿Cómo te lo explicás vos? ¿Cómo me lo explico yo? Si no fuera porque vos sentiste mi olor y me inyectaste el supresor...

— Vos sos tan sensible que todo te lo pensás como un cuento de hadas. Capaz y solo estás alzado porque probaste un culo distinto al de Ciro —se burló, dándole un sorbo largo a su café bien cargado.

— Sentí su olor desde que llegó al segundo piso. —le explicó, como si esa fuese una prueba irrefutable de la idea que se le había metido en la cabeza desde que se despertó en la mañana— Lo perseguí hasta que te fuiste con el otro al cuarto. Me encantó.

— ¿Garcharlo? —Roque era un pelotudo de verdad. Pensaba con la pija nada más.

— Su olor. —remarcó él en cambio, mirándolo a los ojos para hacerle entender lo sincero que era.

Roque se atragantó con el café que se había bebido y a Ián le pareció de muy mala educación que se riera de él así, en su cara.

— Ián, ese omega es una puta, un prostituto. Ese era su trabajo, hacer que te gustara garchártelo, hacerte sentir bien, ¿qué te creés, que se enamoró de vos en la media hora que le diste tu pija? —y ese tonito de mierda, como si él no fuera un alfa también, como si fuera un nene al que estaban regañando o enrostrando su propia estupidez. Estaba haciendo demasiado calor ya ahí, tan cerca de la ventana, eso o Ián estaba comenzaba a sentirse realmente molesto con Roque.

— Creo que sintió lo mismo que yo, sino no se hubiera arrancado ni se hubiera tomado los supresores. —se armó de paciencia para responder.

— Amigo mío, por favor, conociéndote a vos le dijiste algo que lo asustó. ¿Le ofreciste matrimonio mientras te la estaba chupando? —Roque continuó con su tono burlesco y para Ián eso fue suficiente.

Apoyó las manos en la mesa y se inclinó hacia adelante, penetrando con su mirada la fachada jocosa de su mejor amigo. La espesura de sus feromonas, que denotaban ¡alfa enojado! Se empezaron a hacer notorias e incómodas para el resto de los clientes que comían y charlaban allí. Ián podía darse cuenta de que habían girado las cabezas para mirarlos, pero no le importaba. No estaba siendo agradable ya con Roque y eso era lo que quería que supieran, él y todo el resto, si era necesario.

Con el Correr del Tiempo || ArgChi || [Múltiples Universos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora