Martín ha estado pensando sobre esto por un largo tiempo, por un tiempo realmente largo. No puede evitar sentirse nervioso mientras mira el reloj y a la puerta del restorán con inquietud, incluso el mozo posa sus ojos negros en él de vez en cuando, tampoco es que haya llegado hace mucho. A Argentina se le enreda el estómago y la razón es muy clara: ¿no estará apresurándose demasiado? Oh, probablemente sí. ¿Y si Manuel no quiere y le manda a volar? ¡Quizás eso sea lo más confiable!
Expira, se toca el cabello y se el traje. Oye la voz de alguien que está en la entrada siendo atendido y su sonrisa se ensancha cuando ve allí a un hombre vestido tan elegantemente como él, la ocasión y el lugar lo ameritan. Se levanta para recibir a Manuel, observándolo de pies a cabeza. Luce muy bien con el traje negro y la corbata a juego y el cabello oscuro y más liso que en otros momentos y lleva un reloj brillante.
Se saludan con un beso en la mejilla y vuelven a sentarse. Casi de inmediato el mozo que antes les vigilaba llega y entrega la carta; Martín pidió un bistec con acompañamiento y Chile un plato en español que le fue difícil al argentino incluso pronunciar; una buena botella de vino tinto y luego irían por el postre. El hombre moreno se va y Martín se queda mirando al rostro de su país vecino, parece tan tranquilo y pacífico, que incluso se ve más hermoso. Oh bueno, lo ha sido desde siempre.
Martín podía decir el momento exacto en el que se enamoró de Manu; el día que Antonio lo trajo por primera vez y él se escondió en cualquier habitación y sólo hablaba en mapudungun pero entonces le pidió a él, y solamente a él, que le dijera dónde estaba su gallina y murmuró en el idioma que España tanto se esmeraba por enseñar y entonces Martín supo que era especial.
Se queda mirando a sus ojos, a esos preciosos orbes castaños, del color de los últimos de los troncos antiguos y Argentina sonríe para sí mismo, agachando un poco la mirada.
- Gracias por invitarme, Martín. Estaba ajetreado con tanto trabajo y realmente necesitaba un descanso –suelta una pequeña risilla, bebiendo del vino que le ha dejado el mozo. Oh, sonido tan dulce para los oídos del argentino, pero él no le contesta, de pronto, parece más ocupado en mirarle el rostro- ¿Martín...?
- ¿Has oído alguna vez la frase ''me perdí en tus ojos''? –dice, con los pómulos algo rojos. Chile abre un poco la boca, mezcla de risa y timidez, sin embargo no dice nada y se rasca la mejilla derecha-. ¿Qué?
- ¡Qué cursi! –Salta finalmente, dando una risotada fuerte- ¡Weón, ha sido lo más cursi que hay dicho!
- ¿Qué? ¡No, no lo fue! –se defiende. Manuel ríe y el mozo llega, trayendo los platos en una especie de cochecito-.
Los latinos agradecen, reciben sus comidas y proceden de inmediato. Chile toma el cuchillo y el tenedor para trozar una especie de pollo bañando en salsa y Argentina observa eso por el rabillo del ojo. A él le hubiese gustado pedir solo una hamburguesa y una coca cola pero no era correcto en ese entorno, lleno de gente elegante, en un lugar dónde olía a incienso y cuando estaban vestidos como lo hacían en las ocasiones más importantes.
Comen con un tema de conversación común, hablan sobre el trabajo pero Martín le dice que es mejor dejar eso a un lado, vinieron aquí a disfrutar. Manuel asiente sonriendo y limpiándose la boca y conversan a cerca de las vidas sociales y el paseo a Machupichu que disfrutarían en algunas semanas.
Cuando acabaron sus platos, Argentina comenzó a tensarse más. Metió la mano al bolsillo de su pantalón de tela tanteando la pequeña cajita de terciopelo y viendo que Manuel ya pedía el postre. Él simplemente no podía comer más porque tenía mariposas en el estómago y el corazón le latía fuerte y con ritmos irregulares y las manos le sudaban. Echó otro vistazo a su novio, que se llevaba delicadamente la cuchara a la boca y saboreaba el helado en sus labios, luego la dejaba a un lado y comía con los dedos las galletas con relleno de chocolate en forma de tubo. Oh, qué gracioso ángel.
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Con el Correr del Tiempo || ArgChi || [Múltiples Universos]
FanfictionUna recopilación de las historias de un capítulo o dos que he escrito a lo largo de mi estadía en el fandom sobre Argentina y Chile. Incluye el ArgChiWeek de 2018 y 2023.