Martín la había deseado por mucho tiempo. Cuando se enteró de que esperaban su primera guagua había tenido ganas de que en unos meses más el colega le dijera que era una nena y, sin embargo, la noticia de que tendría en los brazos un chico le había desilusionado tanto como le había alegrado, luego de imaginar que los niñitos también son bien apegados al papá. Siempre podía jugar a la pelota con él, enseñarle cosas, convertirlo en una pequeña copia suya.
Eran bien jóvenes cuando llegó Carlos; diecinueve años, veinte por ahí, y no tenían idea de las guaguas, pero Martín jamás había pensado, como lo hacían otros alfas, en ir y pagar para que alguien les quitara lo que consideraban un problema de encima. La universidad se venía arriba, sí, Manuel la había dejado, ¿y qué? Después de nueve meses tuvieron un niñito precioso. Unos días después de que nació, su omega le dijo que él no parecía tan encantado con el niño y Martín se echó a reír y le dio un beso en la boca porque eso era mentira; adoraba a su hijo porque tenía el pelo rubio como él y porque ni lloraba por las noches y era bien tranquilo, Martín se pasaba leyendo sus libros de anatomía con Carlos recostado al lado de su cama.
Pero nada de eso podía aplacar el hecho de que había querido una nena y que lo que le nació en vez fue un varón. Esa vez que vio, después de hartos años de lejanía, a su primo Sebastián, a Luciano y a su niñita, la Simone, los tres no más, se imaginó que así podrían haber terminado él y Manuel y sin más niños. En realidad, Martín era un alfa y como tal, quería tener muchos hijos corriendo por la casa, pero se habría visto satisfecho por muchos años si es que su primogénito hubiese sido una mujer.
Manuel no había querido tener más hijos, pero nunca se lo dijo directamente. Su excusa siempre era la universidad. No todos los omegas terminan sus estudios superiores y Manuel quería demostrarles a sus padres, sobre todo, que no importaba nada que había tenido una guagua a los diecinueve; graduarse en Letras Hispánicas fue su meta durante un largo tiempo. Martín lo había respetado, pero ese encuentro con la familia de su primo, ese detalle que era Simone Da Silva, había calado hondo en él. A Manuel solo le quedaba un semestre, Martín le botó el frasco de supresores al día siguiente de ese encuentro.
La Emma no había nacido hace mucho y Martín no podía dejar de cogerla en brazos durante todo el día. Era tan chiquitita y tan blanca, con su cabello rubiecito y sus ojos medio verdes, medio marrones, indescifrables todavía por su edad. Había ocupado el post natal y se había quedado en casa desde que la nena nació, ocupándose de todo, prestándole atención a todo, tomándola en brazos a cada minuto, la Emma casi nunca pasaba en su cuna o siendo cargada por su papá omega. Le daba la papa, veía la televisión con ella recargada en su pecho, la tenía sobre él en todo momento. 'Déjala tranquila' le decía Manuel a veces, sentándose a su lado y cuando quería cargar a su niña, Martín le miraba con desconfianza, bien a regañadientes se la entregaba.
La había deseado por tanto tiempo y ahí estaba, durmiendo en su cunita, en esa habitación que, ¿no era demasiado grande para ella?
- No tengo problema en que volvamos a poner la cuna en nuestra habitación, lo juro.
Manuel estaba en el umbral de la puerta del cuarto de su niñita y sonrió, porque Martín lo había notado al instante.
- Estamos en la pieza de al lado, Martín, cualquier cosa que necesite, lo vamos a saber. Dale, vamos a acostarnos. Ya acosté a Carlitos, vamos a dormir.
- Bien. Pará, déjame darle un beso.
- ¡No! –se quejó Manuel- ¡Vai' a volver a tomarla en brazos, déjala tranquila!
Martín retrocedió; la Emma se retorció despacito sobre las sábanas y suspiró.
- Debes estar súper cansado.
- No importa.
- Estai' chocho.
- La quise mucho.
- Y ya está aquí. Ven, vamos a acostarnos.
Manuel le tendió la mano y Martín la sostuvo. Apagó la luz de la habitación de la Emma, entrecerró la puerta y siguió a su omega camino a la habitación que compartían.
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Con el Correr del Tiempo || ArgChi || [Múltiples Universos]
Fiksi PenggemarUna recopilación de las historias de un capítulo o dos que he escrito a lo largo de mi estadía en el fandom sobre Argentina y Chile. Incluye el ArgChiWeek de 2018 y 2023.