Con el Correr del Tiempo || ArgChi || [Múltiples Universos]

ARGCHI WEEK: DÍA 2 (AÑOS 90')

A/N: Ambientado en el año 1998, fecha de uno de los triunfos más memorables de la selección chilena: el 2 a 0 sobre Inglaterra en Wembley. Arthur hace aparición aquí. Los 90, por otro lado, tratan de reflejar esta especie de Luna de miel entre Chile y Argentina, luego de los problemas de los 70 y 80.

Advertencia: Referencias a pederastía y violación pasada. 

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SOLO QUIERO LO QUE NO PUEDO TENER

O

Toda la vida, Arthur ha tenido para él la sonrisa más pícara del mundo. Frente al resto de los países es un caballero frío y educado, pulcro y silencioso que se mueve con elegancia entre medio de todos y cruza las piernas cuando se sienta, imponiéndose a cada uno de ellos como si nunca hubiera perdido ni una pizca de su ser Imperio que otrora significó el temor del mundo. Manuel tiene el placer oculto de conocerlo a él en cada una de las facetas que mantiene escondidas del resto, así que su invitación, ese día, no le sorprende en lo absoluto.

La primera respuesta que le dio fue una carcajada que Inglaterra imitó instantáneamente. Manuel sabe que Arthur cree que lo tiene en la palma de su mano, como desde el comienzo de todo. Manuel tiene el derecho de juguetear con Arthur algunas veces, porque Arthur se deja como si Chile fuese un cachorro y él fuese un león. De la misma forma que Manuel ha aceptado tantas cosas que Arthur le ha hecho a lo largo de su vida, Inglaterra cede juguetonamente para recibir, después, las bondades de la permisión. Es un juego en el que los dos ganan y una dinámica confianzuda con la que se sienten cómodos, a pesar de los años corridos y las penas y los recuerdos.

Por eso, cuando Arthur sugiere otra vez la invitación, Manuel sonríe abiertamente. Él e Inglaterra comparten muchas cosas en común y el futbol es una de ellas. El Mundial de Francia se acerca a trompicones y la selección chilena, poco acostumbrada a los triunfos, se ha tomado la clasificación como un jolgorio. La gente anda feliz por las calles. Compran televisores y camisetas y los malos recuerdos de la dictadura y los pesares de la transición se han ido quedando cada vez más atrás. Con Salas y Zamorano a la cabeza, Manuel cree que Chile tiene una oportunidad inigualable de triunfar.

Este partido en Wembley, con su Inglaterra querido, es un momento histórico. El siempre duro de roer Inglaterra podría ser una de las pruebas más difíciles. Manuel sabe que Arthur también es consciente de ello y que, como él sabe hacerlo no más, se aprovecha suavemente. Arthur se pone de pie, camina los metros que los dividen y se pone frente a él. Huele cerca de su cuello, pero Manuel no reacciona con nada más que una sonrisita sutil. El olor de Arthur es una cosa exquisita e inigualable; huele como un caballero debería oler, como a árboles de pino y a brisa fresca.

Estas dos entradas son para ti y para mí —dice Inglaterra profundamente mientras sostiene en sus manos dos tickets blancos, pero Manuel aguanta impávido— ¿Podríamos hacer un trato? ¿Una apuesta por el partido?

— ¿Qué apuesta sería esa? —responde entonces, seguro de que Arthur estaría tan avergonzado si el resto de los países vieran la forma en la que se comporta cuando está en su habitación, necesitado y caliente.

— Si mi selección gana en Wembley —Arthur comienza susurrando cerca de su oído— Te quiero esa misma noche en mi cama, con las piernas abiertas, con las manos amarradas y con los ojos vendados. Te quiero tener como cuando eras un niño, ¿te acuerdas, Manuel? Chillando por mí.

Manuel agacha la mirada, pero su mueca no se desvanece de la cara nunca.

— Ya, yo puedo estar así. ¿Pero y si gana mi selección? ¿Qué obtengo yo?