3.2.1. Creando el espacio mental

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Imagina una habitación o sala de la vida real que visites frecuentemente, o que puedas recordar bien. Ahora, imagina que estás físicamente en esa habitación, no como alguien externo sin cuerpo observándola. Mira las cosas desde perspectiva de primera persona. Mira hacia abajo para ver tu cuerpo imaginado. Siente la presión del suelo bajo tus pies. Da la vuelta y mira todas las paredes - ¿qué hay en ellas? ¿Ventanas, cuadros, posters? ¿Qué muebles hay en la sala? ¿Cómo de grande es la habitación? ¿Qué forma tiene? ¿Cómo son los colores o la iluminación? Una vez seas consciente de estas cosas, comienza a andar por ahí. Nota cuanto tardas en andar de un extremo al otro de la sala. Acércate a objetos, examinando los pequeños detalles. Por ejemplo, la textura de las paredes, los hilos de una alfombra, etc. Toca las cosas también, y mantén los oídos atentos para cualquier sonido que pueda haber en la sala. Puede que la sala también tenga un olor particular.

Puede que hacer todo esto te sea relativamente fácil si es una habitación con la que estás familiarizadx - estás recurriendo principalmente de tu memoria de la sala. Ajora algo ligeramente más difícil - trata de cambiar cosas de la habitación. Cambia el color de las paredes, cambia los muebles de sitio, o añade objetos completamente nuevos. Ahora tienes una idea general de cómo meterte en el espacio mental y cómo construirlo y cambiarlo. Puedes hacer lo que quieras desde este punto - puedes descartar el espacio mental que acabas de crear y empezar uno completamente nuevo, o alterar este a tu gusto.

No deberías esperar que las cosas se vean y sientan como en el mundo real, - estar en el espacio mental se siente igual que soñar despierto, a no ser que seas excepcionalmente buenx en ello o que hayas puesto mucha práctica en hacer que todo se sienta lo más real posible. Es completamente posible hacer que el espacio mental se sienta casi idéntico a la realidad física, pero es poco probable que sea así la primera vez.

De la misma manera que la forma de tu tulpa, deberías pensar en el espacio mental como una existencia constante separada de tu imaginación deliberada. Piensa en el como un lugar que ya existe y al que puedes ir y no como algo que tienes que renderizar conscientemente cada vez que quieres entrar. Con el paso del tiempo esta mentalidad te ayudará a que el espacio mental sea mucho más consistente y solido en lugar de algo que tienes que visualizar cuando te interese ir. Por ejemplo, no tendrás que recordar la posición de las sillas en la habitación, estas aparecerán automáticamente en su posición usual cada vez que entres en la habitación sin que tengas que poner ningún esfuerzo.

Tu tulpa va a ser capaz de colaborar contigo en el diseño del espacio mental. Puedes pedirles que creen su propia área o sala y podrías sorprenderte con lo que se les puede ocurrir.

Para ayudarte a recordar la posición de todo, es útil dibujar un mapa de cómo se ve desde arriba. No necesita ser detallado, puedes simplemente trazar formas simples para representar todo.

Guía para la creación y desarrollo de tulpas [TRADUCCIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora