Capítulo 15

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AUSTIN

Bajo del elevador y camino a paso apresurado hacia la recepción, las últimas veces informe de la llegada de Guilia para que la dejaran pasar, pero esta vez se me paso y no quiero que se lleve un mal momento con la recepcionista de la entrada.

Es la primera vez que la voy a ver después de ese primer beso que tuvimos y no sé cómo sentirme, siento que me siento como un adolescente a punto de ver a la mujer que le gusta, Guilia es tan sencilla y frágil que me encanta.

Incluso estando roto juntos parecemos estar completos y eso es algo que me gusta y no es el hecho de tener a alguien por ayuda, es el hecho de que ninguno necesita ser el centro de rehabilitación de otro, porque solos somos igual de fuertes.

-Si no tiene cita el señor Camero no podrá atenderla.

Me detengo y frunzo el ceño ladeo la cabeza hacia la recepcionista, su respuesta es la correcta, más la manera de decirlo no es la mejor, fue brusca y casi escupió sus palabras hacia Guilia.

-Bien, gracias- Guilia parece dispuesta a irse, por lo que frunzo los labios.

-¡Guili!- La llamo.

La recepcionista se tensa y le doy una larga mirada, luego me encargare de ella.

Extiendo mi mano hacia Guilia quien la toma esta vez sin pensarlo lo cual me hace sentir más seguro porque solo quiere decir que está confiando en mí.

Subimos al elevador en silencio y presiono los botones adecuados para luego subir hacia mi oficina.

Me volteo hacia Guilia quien al sentir mi mirada también me ve, sus mejillas se empiezan a sonrojar a tal manera que las pequeñas pecas visibles solo con su sonrojo se vean, es hermosa.

Inclino mi cabeza hacia adelante y ella cierra los ojos esperando el contacto de mis labios, ese es mi pase para saber que también lo quiere y beso sus labios, suavemente, delicadamente y transmitiéndole seguridad y confianza.

-Hola, Guili preciosa.

-Tengo muchas preguntas- Suelta.

Enarco una ceja.

-Entonces estaré encantado de responderlas.

Salimos del elevador y la guio hacia mi oficina, le guiño un ojo a mi secretaria antes de cerrarle la puerta en la cara, la señora es una muchacha más grande que yo, muy amable y para nada lanzada como otras por ahí.

-¿Entonces cuáles son las preguntas que no te dejaron dormir?

Suelta una pequeña risa que son música para mis oídos.

-¿Somos como una pareja?

Me paralizo un momento y suspiro para voltear a verla, está en el sofá ahora sentada viéndome con curiosidad.

-¿A qué te refieres?- Murmuro.

Se encoje de hombros y se pone de pie para caminar hacia mí.

-Investigué sabes, no se muchas cosas, pero investigar siempre me sacara de dudas. – Murmura.

-¿Y qué fue lo que investigaste?- Cuestiono.

-Que las personas que se besan la mayoría son parejas, novios, esposos y también vi que existían tipos de amigos con derecho. Me gusto la palabra esposos, se escucha bien casual y formal.

Suelto una sutil risa que se convierte en nervios.

Estoy descubriendo que Guilia tiene ese peculiar momento donde agarra confianza y suelta lo que piensa sin saber ni un carajo que significa o que tan mal puede decirlo, solo dice lo que piensa y me encanta que sea esa mujer sin filtro y transparente.

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