DECISIONES

Capítulo 9

GUILIA

Hay cosas que no deberían estar pasando, pero están pasando como por ejemplo:

Que camine o casi trote por las calles más transitadas de Los Ángeles hacia la empresa más grande del pais.

Que vaya a esa empresa por Austin.

Que quiera saber más de lo poco que me dijo la noche anterior.

Se a que está jugando, me aterra meterme en su historia porque tengo la mía para lidear, pero mi lado curioso y mis ganas de zacear esta incertidumbre a penas si me dejaron dormir, lo cual es bueno porque no tuve pesadillas, pero quiero saber por qué soltaría algo así delante de mí.

Esta mañana en la universidad fui un desastre andante de mi mente jugando en mi contra, debo aprender a controlarme y no caer en la locura porque entonces joderé todo a mi paso, debo hablarlo todo con mi psicóloga, no queremos a una Guilia perdiendo el control y eso sería arruinar todo lo que he construido.

Sigo evitando a mi madre porque no está bien tener el odio que estos días he tenido.

Las calles de Los Ángeles o para especificar el área de las calles donde las mejores empresas están instaladas son bien transitadas, detengo mis pasos enfrente del imperio Cameron, mis manos se aferran fuerte a mi bolsa.

¿Qué debo decir?

Sus guardias no me dejaran entrar así por así.

Que tal un ¿Hola vengo por respuestas?

Suelto un suspiro alejando mis tontas y niñatas ideas y camino hacia el guardia quien me sonríe amablemente abriendo la puerta para mí, enarco una ceja confundida, pero entiendo que me invita a recepción para que pregunte ahí.

-Bienvenida a la empresa Cameron. Buenos tardes ¿En qué podemos ayudarla?

Me agarro con fuerza de mi bolsa un intento nervioso y regalo una sonrisa.

-Buenas tardes ¿Se encuentra Austin Cameron?

No pasó desapercibida como la chica enarca una ceja hacia mí y me ve de pies a cabeza.

-¿Tiene cita?

Mueve mi pie nerviosamente.

-Uh, no, pero...

-Lo siento el señor Cameron no recibe gente sin cita y...

-Podría decirle que Guilia está aquí- Murmuro.

Me ve desafiante.

-Tengo mucho trabajo y...

-Por favor es urgente- Miento.

De mala gana toma el teléfono marcando, sus largas uñas color negro revolotean en el escritorio y su mirada desafiante que indica que no le caigo bien me ve de pies a cabezas una vez más haciendo una mirada de desagrado hacia mí.

No me cae bien.

-Señor disculpe que lo moleste, hay alguien en la recepción preguntando por usted- Se queda en silencio –Guilia. – Pone una mueca y abre los ojos –Okey señor.

Deja el teléfono y resopla molesta.

-Puede pasar, piso ultimo el señor estará esperándola- Me vuelve a ver mal.

Finjo una sonrisa.

-Gracias.

Subo al elevador que por suerte acaba de salir algunas personas y presiono el último piso, no dejo de verme por el vidrio pasando las manos por mi cabello intentando calmarme, no me hará nada y estar a solas con él no me matara, todo estará bien.