Capítulo 18

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GUILIA

Estoy nerviosa.

Voy en el auto de Austin Cameron con un vestido fuera de lo normal que él me llevo esta mañana a la casa y de cierta forma me siento un poco expuesta, pero me siento poderosa.

Austin estaciona el auto en un bonito restaurante que desde afuera puedes ver el lujo en las cosas, al menos tiene dos niveles grandes y la cristalería en las afueras es precioso.

-Vamos, Guilia guapa-Me extiende la mano.

Acepto y aun es un poco raro el sostener nuestras manos entrelazadas.

No me gusta la manera en la que algunas cabezas me miran de pies a cabezas haciendo muecas de desaprobación.

-Señor Cameron buenas noches- Saluda la recepcionista.

-Buenas noches, la misma mesa de siempre- Susurra este.

Me aferro a su brazo.

Observo mientras caminamos como asiente hacia algunas mesas, Austin es un señor reconocido en donde ponga un pie será visto y mientras yo este con él al parecer seré vista de mala manera.

Y eso me aterra.

Porque me he cuidado tanto del que dirán como para ahora estar siendo un punto fácil.

Le regalo una sonrisa tensa cuando me jala la silla para sentarme, me retuerzo en mi lugar incomoda y miro a los lados sintiéndome mal, suelto un suspiro.

-Estas bellísima esta noche- Susurra Austin.

Le sonrió.

-Gracias.

Un mesero llega extendiéndonos el menú, mi mente se queda en blanco cuando miro tantos nombres que ni siquiera sé que significan. Escucho a Austin pedir su comida y quiero hundirme en este asiento porque es vergonzoso.

-¿Guili?- Susurra.

Levanto la vista hacia él, el mesero no es amable viéndome mal tampoco.

-¿Por qué no pides por mí?- Susurro rogándole.

El asiente y pide algo de nombre raro.

-¿Estas bien?- Me pregunta cuando el mesero se va.

No lo estoy.

-Necesito ir al baño.- Le sonrió antes de ponerme de pie y quiero llorar cuando al correr mi silla hace mucho ruido causando que todos me vean.

Entro al baño que es más grande que mi habitación, enciendo el grifo para mojar un poco mi rostro cuidando no arruinar mi maquillaje que no es la gran cosa, pero no quiero quedar peor.

-¿Ya te acostaste con él?- Me volteo hacia una voz detrás de mí.

Una chica de piernas largas y un escote revelador me m ira.

-¿Perdón?- Susurro.

Mis manos detrás de mí se aferran fuerte al lavado.

Me regala una sonrisa de pesar.

-Tambien vine a este restaurante con el para luego ir a un hotel.

Mi cuerpo se paraliza.

No quiero ir a un hotel.

No estoy lista para esto.

-No sé de qué hablas- Susurro.

Ella suelta una risa.

-La mitad de las chicas de los Ángeles se han acostado con él, es obvio que alguien como tú solo te quiere para una noche.

Cállate, Guilia no digas nada.

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