Capítulo 14

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AUSTIN

Golpeo con fuerza el saco sacudiendo la cadena que lo sostiene causando que haga un ruido de tubos y cadenas mezclados, vuelvo a dar otro golpe, mi mirada se desvía del saco para ver mi celular que se mantiene a mi derecha en un banco, este encendido en la conversación de Guilia donde espero que responda alguno de mis mensajes que llevo desde hace tres días, tres días en los que me he estado preguntando que paso infalso di mal.

Preguntas como ¿La lastime? ¿La mire mal para que tuviera terror de mí?

Y me aterra el saber que la hice tal vez recordar momentos desagradables, lamentablemente la mente de alguien dañado de esa forma siempre jugara en contra siempre, las personas alrededor de las personas que han sido violadas físicamente como mentalmente debe ser cuidadoso, debe respetar, pero sobretodo debe tener paciencia.

Tomo mi teléfono cuando he aventado los guantes y tecleo otro mensaje más.

GUILI PRECIOSA: LO SIENTO TANTO. SOLO QUIERO SABER SI ESTAS BIEN, POR FAVOR.

Bufo cuando veo el mensaje leído, pero sé que no responderá.

No está en mi poder por más que lo intente, por más que le ruegue, debo darle su tiempo y no insistiré más en que me ponga atención, pensé que no me volvería a pasar esto de estar rogando atención o el estar preocupado por alguien que de cierta forma me gusta.

Sé que tengo mis propios problemas como para querer tener los problemas de Guilia, pero supongo que eso significa el saber que estás enamorado cuando quieres cargar los problemas de otros sin importar que tus problemas pasen a segundo plano.















💛

GUILIA

-¿Estas bien?- Mi bebe grandote se sienta enfrente de mí.

Agarra mis manos entre las suyas para apretarlas con fuerza, me regala una de sus grandes sonrisas que son para mamá y espera pacientemente por mí.

-Si- Susurro.

Muerdo y saco mi labio un poco.

Mi teléfono vuelve a vibrar y quiero llorar, seguramente Austin se está sintiendo la persona más inservible del planeta por haberme lastimado, pero no es su culpa ¿Cómo sería? Cuando lo único que hizo fue tratarme bien, siempre es mi culpa.

-¿Sabes que puedes hablar conmigo? – Susurra mi hijo.

Le regalo una sonrisa. Mamá salió esta mañana a no sé a dónde y hace que mi hijo y yo estemos sentados aquí en la sala y no encerrados en nuestras habitaciones escondiéndonos de mamá.

-Conocí a alguien- Susurro un poco.

Levanto la vista para ver sus bellos ojos, parece sorprendido, pero hay emoción en sus ojos.

-¿Alguien?- Cuestiona.

Asiento.

No es que deba darle mentiras a mi hijo, ni tampoco explicaciones, porque creo que él y yo somos conscientes de que si alguna vez algo pasara con respecto a la palabra amor yo y él nos lo merecemos, a parte es el fan número uno en decir que debo salir y hacer amigos, debo ser feliz, pero el miedo está ahí y no me permite ser feliz, no seré feliz, no mientras yo misma me siga tragando mis cosas.

No conozco la lealtad, pero sin duda alguna mi hijo es lo más leal que tengo, no solo juega al papel de ser mi hijo, es mi amigo, mi cuidador.

-Austin Cameron- Murmuro.

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