CAPÍTULO 10: Festín de monstruos

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Autor@ de la imagen: @bikku__2


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Podrías prestarme dinero y también podrías...

Para el...

Hacer favores suponía mucha molestia, más si de dinero se trataba, pues ya tuvo la suerte de toparse con tipos «cof, cof, Shion» que hasta el día de ahora no le dan de vuelta ni un solo centavo.

Más no es como si pudiera negarse, quien podría cuando esos grandes y brillantes ojos azules te miran con esperanza y anhelo.

Mordiéndose los labios no tuvo el corazón para negarse ni decirle que no, por eso, haciéndole firmar un contrato, con los ojos cerrados «literal» le dio el dinero que pedía.

Podrías prestarme dinero y también podrías... averiguar más sobre Taiju Shiba.

Bueno...

Lo segundo sí que le tomó por sorpresa, aunque no es como si fuera algo difícil para el así que, sin entender del todo porque Hanagaki quería saber más de este tipo, lo hizo y luego de mover unos hilos aquí y allá, descubrió todo lo que necesitaba saber.

Se sentía orgulloso de su eficiencia a la hora de conseguir información, pero de saber que todo terminaría así, nunca lo hubiera hecho ni le hubiera dicho al rubio, que el mayor de los Shiba, esa tarde iría a orar a una Iglesia cercana.

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24 de Diciembre...

De que Izana los mataría, lo haría.

Cuando le pregunto a Takemichi que haría con la información que le dio.

Este tan sólo dijo "Acabaré de una vez por todas con Taiju Shiba".

Al principio le dio chiste, pero al ver la determinación y firmeza en sus palabras, sólo pensó que Takemichi había perdido la cabeza.

Horas más tarde, al verlo salir a hurtadillas del edificio supo que no mentía, así que maldiciendo decidió acompañarlo, pero eso sí, no iría al infierno el sólo.

Nada que ver.

Por eso, sin pensar ni preguntar, arrastró consigo a su más grande y fiel amigo, aquel chico rubio de cicatriz.

Seishu Inupi.

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Dando un paso escucho el crujir de la nieve, abrió la boca y miro como el aire caliente salía de está.

Sentía la punta de su nariz congelada al igual que parte de sus mejillas, gracias a los guantes y abrigo de lana que llevaba, el frío no era tanto.

Con disimulo, regreso la vista hacía atrás.
Vistiendo abrigos y bufandas, tanto el peli negro como el rubio lo regresaron la mirada.

Dio un suspiro y siguió con su camino.

Que ellos vinieran, no había sido parte del plan, pero que más daba, no tiene tiempo para pensar en aquello.

Respira nervioso y aunque deseará detenerse y dar media vuelta no lo hace.

¿Qué si está aterrado?

Un poco.

Cerro los ojos y contó hasta cinco mientras su corazón no paraba de latir con fuerza.

Pero debía de hacer esto, debía de evitar el conflicto de Navidad aunque ToMan lo despreciara en este preciso momento.

Aquello que perdí [IzaTake]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora