Aquello que perdí [IzaTake]

CAPÍTULO 26: Ser feliz

Creador@ imagen: @zunzunsansan

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Su mente está distorsionada y su vista a cada tanto se nubla. Sus pulmones están por reventar y su garganta reseca duele a cada bocanada de aire.

Siente su cuerpo pesar más de lo que debería. Su pecho punza y duele como mil infiernos.

Siente que puede desmayarse.

Más…

Debe seguir.

Más no puede detenerse.

No, si sabe que si lo hace todo acabará.

No, cuando sabe que si lo hace nada tendrá arregló.

Nada, podrá ser como alguna vez lo fue.

De repente…

Por un segundo…

Por un efímero segundo su vista se apaga y es cuando siente unos brazos rodear su cintura que se da cuenta que estuvo a nada de caer de cara contra el piso.

Se aferra a aquella mano por inercia y le toma unos minutos recomponerse antes de que pueda levantar la mirada.

Cuando lo hace, aquellos ojos dorados lo ven preocupantes. Titilantes. 

Sonríe.

—Está bien — con debilidad da unas leves palmadas en su brazo buscando tranquilizar al chico a su lado.

Lo cual no logra, ya que éste lo sujeta por un segundo con más fuerza.

Con más miedo.

—Estoy bien — toma otra respiración y evita pensar en el punzante dolor de sus heridas.

Con cuidado, se alejó una vez que el de cascabel lo ha dejado libre para empezar de nuevo a caminar.

No mira hacía atrás. No lo hace pero sabe que este gentil chico haría cualquier cosa por detenerlo.

Por no dejarlo seguir adelante.

Pero él no se detendrá.

No lo hará cuando hay tanto en juego.

Y no pasa ni dos minutos de ello, cuando puede respirar con más tranquilidad. 

Cuando algo de su miedo se va. Todos gracias, a que por fin logró escuchar gritos e insultos. A que pudo al fin…

Ver esa vieja bahía.

Eufórico, Chifuyu no escatimó fuerza para acelerar el paso más, no sabe cómo, en cuestión de milisegundos se detuvo de abrupto y abrió desmesuradamente los ojos cuando presenció como el de mechas rubias y cascabel colocándose a su delante lo protegía de un potente puñetazo.

Golpe que logró detener con gran esfuerzo.

Bajando los brazos, Kazutora haciendo una mueca de dolor por el repentino golpe, con enojo analizó a cierto tipo alto y de sonrisa burlona.

—Shuji Hanma — no pudo evitar ocultar al de cabellos rubios tras su espalda. 

El de tatuajes en las manos sacando un cigarrillo no dudo en encenderlo mientras los miraba divertido. 

—No puedo dejarlos pasar — aviso Hanma y segundos después, apuntó al más pequeño con uno de sus dedos —Sobre todo a ti, Matsuno Chifuyu, tu…