Prólogo

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En algún callejón de Japón…

Aleja aquel cigarrillo de sus secos y agrietados labios.

La sustancia recorre ambos de sus pulmones antes de salir por su boca y nariz como humo blanco que se alza a la nada.

Sus pies desnudos sobre el frío concreto y la gélida brisa que remueve su negro y rizado cabello, hace que un escalofrío recorra toda su columna vertebral.

La camisa blanca a medio cerrar que lleva puesto deja ver parte de su remarcada clavícula como aquel tatuaje de tinta negra.

Deja salir su cálido aliento a modo de vapor de su boca. Las ojeras bajo sus ojos eran grandes y oscuras, las yemas los dedos de sus pies y manos estaban congeladas.

Todo es tranquilo, todo es puro, todo es silencioso.

Mira aquellos edificios contrastar y adoptar aquel tono azulado que tanta paz le daba.

Levanta un poco su cabeza y observa aquel inmenso cielo oscuro que conforme era alcanzando por los primeros rayos de sol se hacía cada vez más y más azul.

Todo parecía tan lejano y de otro mundo.

Soltó un cansado suspiro, cerró sus agotados y muertos ojos azules.

Desea ser salvado, desea volver a aquellos tiempos donde sus ojos podían derramar lágrimas sin problemas, desea volver a ser niño y poder sonreír de nuevo.

Sólo, solo desea sentirse vivo una vez más.

Abrió los ojos con pesadez, desea volver a ser, ese alguien a quien alguna vez llamaron “Héroe Llorón”.

Una ligera y triste risa escapó de su garganta.

Lo sabían, sabia que no podía hacerlo y aún así, aún así quería volver atrás.

—Dime…— susurró nostálgico al viento —Que se supone que haga ahora.

Un silbido del aire y el pitar de un auto a los lejos respondió sus delirios.

Sintió un leve ardor en uno de sus dedos y sin más, dejó caer la colilla de aquel cigarrillo al piso.

Su ceño se fruncio y he hizo una mueca de asco cuando percibió como aquel líquido carmín se colaba por la planta de su pies.

Removió un poco su cuerpo, el peso de aquella arma en su mano estaba empezado a incomodarlo e irritarlo.

No miro al piso.

Dio un paso, luego otro y otro.

Poco a poco fue alejándose del lugar, las huellas rojas de sus pies sobre el asfalto y el cadáver del pobre desgraciado que tuvo la mala suerte de cruzarse en su camino, fue lo único que quedó.

—¿Takemithy?

🔖🔖🔖🔖🔖🔖🔖🔖🔖🔖🔖🔖🔖🔖


No hay palabras 😌😌😌.......


Fin del aporte......

Aquello que perdí [IzaTake]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora