Aquello que perdí [IzaTake]

CAPÍTULO 11: Nuevos conocidos

Autor@ imagen: @Or_OIGO

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La mayoría preferiría calma en lugar de enojo.

Claro, claro que lo harían.

Pero en este caso no, ni mucho menos cuando este sólo les dijo: —Que Koko revise sus heridas, y no olviden tomar una ducha.

¡Ven!, eso es de lo que habla.

Como una persona que suele ser explosiva y muy, pero muy temperamental, solo les dijo eso a pesar de verse como la mierda luego de lo sucedido con Taiju.

Ni los Haitani sabían como actuar ante semejante actitud pasiva.

Quizás...

Era la calma tras la tormenta.

Si, este era el inicio de más y más acontecimientos.

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Dio un largo bostezo mientras tiraba de la camisa a su hermano mayor que estaba más dormido que despierto.

Con los ojos entrecerrados, llegó hasta la sala de estar y mató con la mirada al primero que vio.

—A mi ni me mires…— arremetió el de cabello negro sentando en uno de los sofás a la par que terminaba de delinear uno de sus ojos.

Irritado soltó el agarre, haciendo que Ran cayera de cabeza al piso y se levantará enseguida.

—¿Eh?… ¿Por qué estoy aquí? — pregunto el de trenzas desde el piso desorientado.

Este con todo el cabello alborotado sin saber que pasaba restregó sus ojos trataron de mirar a su alrededor.

Rindou ignorando esto, irritado y de un humor del demonio reclamo: —¿Pero que ser sin corazón nos levanta a las 6 am?

—Takemichi — Koko informó guardando su set de maquillaje en su estuche colorido.

—Ah, bueno entonces que le vamos a ser — Rindou dio una tonta sonrisa.

Agh, pensó Koko haciendo una mueca de asco, en eso, tras el de lentes, cierto rubio en pijama de vaquita dio señales de vida.

Ah, por cierto, todos estaban usando feas pijamas que para cierto oji-azul eran lindas y que les compro o mejor dicho, los obligó a comprar.

El usaba una pijama de corazoncitos, no estaba tan mal como las del resto, eso hay que admitirlo.

Por otra parte, Ran y Rindou, vestían unas de color verde vomito que tenían figuritas en el centro que si juntabas ambas, formaban un dinosaurio con cara sonriente, y luego estaba Inupi, bueno el... ya lo habéis visto.

El de cicatriz rascando su abdomen, con el cabello todo desordenado y medio sonámbulo, se tiró encima del sofá para seguir durmiendo.

—¿Y ahora donde se supone que nos sentemos? — rebatió Rindou con un Ran ya más despierto.

El menor pateo uno de los pies de Inu que colgaba del sitio y este ni se mosqueo. Koko sintió un escalofrío cuando ambos hermanos regresaron la mirada.

—Ni lo sueñen — amenazó cortante ya adivinando lo que estos planeaban.

Nada pudo hacer, cuándo tanto Ran como Rindou en menos de un minuto, ya estaban sentados a su lado con una divertida sonrisa en el rostro.

—Ufff — bufo irritado, en verdad, no sabía como podía vivir con tipejos así.

—¡Buen día! — la voz chillona de Takemichi les dio un mini infarto a todos, hasta Inupi, que estaba dormido se levantó de golpe y grito perdido.