Aquello que perdí [IzaTake]

CAPÍTULO 29: Soy tuyo y tú eres mío

Autor@ de la imagen: @4416raku

------------------------------------------------------------

"

De nadie seré, sólo de ti. Hasta que mis huesos se vuelvan cenizas y mi corazón deje de latir"

—Pablo Neruda

----------------------------(• •)---------------------------

Las imágenes a su alrededor eran borrosas, distorsionadas, más por una extraña razón podía ver con claridad aquel pequeño velero blanco a su lado.

Podía mirar a detalle aquella guitarra negra de toques dorados descansar sobre el piso.

Se removió en su lugar e intentó observar más a su alrededor. Intentó enfocar su mirada en algún punto de aquella conocida habitación.

No puede. La pesadez tanto de sus ojos como la comodidad de aquella cama se lo impide.

Las sedosas sábanas rojas que lo cubren como la impecable calidez hacen que el sueño sea demasiado placentero como para querer moverse.

Todo es un ambiente cálido, acogedor, familiar... muy familiar.

Y el no quiere despertar. No quiere hacerlo.

En algún momento perdido, percibió a alguien llegar. Alguien a quien no podía más que ver como una sombra tras sus pesados párpados.

Lo ve detenerse a su lado, sentarse sobre el piso hasta quedar a su misma altura. Hasta... que su ligera respiración da en su rostro.

Sólo bastó un segundo para que su corazón latiera con prisa cuando unos delgados dedos peinaron con suavidad, con un infinito cariño sus rizos rebeldes. 

Cuando…

Un pequeño y casto beso fue dejado en la sien de su cabeza. 

Él no podía verlo, Takemichi no podía hacerlo pero…

Sonrió.

Pero sabía que era él.

Lo sabía, pues sólo una persona en el mundo es capaz de brindarle tanta calidez en un segundo. Tanta tranquilidad, en este efímero momento de su vida.

Su alma se envolvió en un reconfortante sentimiento. En una amable sensación.

Más también una desconocida nostalgia tomó sus manos. Más una abrumadora tristeza abrazó su corazón.

No quiso pensar en esto último, evadió pensar en esto casi desesperadamente.

Dolía.

Hería mucho así que, decidió centrarse en lo bueno, en aquel pequeño pero finito momento de felicidad.

En aquel rayo esperanzador que lo cobijó con ternura, con un cariño eterno.

—No temas cariño...— escuchó una vez más aquella cálida y profunda voz. 

—Incluso si dejo de existir...— vio aquellos labios curvarse. Miró de nuevo su sonrisa nacer.

Oh, aquella hermosa sonrisa nacer.

—Yo siempre estaré contigo... Takemichi tu eres mi todo-

De repente...

Sus ojerosos y agotados ojos azules se abrieron de golpe cuando un ruido extremadamente fuerte llegó hasta sus oídos.