CLOSER [YoonMin]

29. Bienvenido al Inframundo

El vampiro de ojos ámbar se encontró completamente desesperado, y con los ojos llenos de lágrimas trató de reanimar el cuerpo de Yoongi de todas las formas posibles, pero a pesar de sus esfuerzos nada parecía dar resultados. El cuerpo inmóvil de su amado yacía sobre aquel bloque de cristal rojo que de una manera trágica se combinaba con su propia sangre.

Entonces notando que ya nada podía hacer para poder traer a Yoongi de vuelta, se levantó con un aura a su alrededor que resplandecía de una manera siniestra. Con la frente baja, Jimin se resignó y acarició por última vez el cuerpo frío de Yoongi antes de secar sus lágrimas y dar la vuelta para ver a Bulgae con una mirada sin vida, llena de odio y amargura de la cual hasta el mismo demonio parecía tener miedo.

Y entre tanto el vampiro se sentía devastado e invadido por la tristeza, notó que el amanecer llegaba junto a la delicada claridad del alba y el dolor en su piel que de a poco comenzaba a arder. Jimin estaba cansado pero decidido, por lo que su cuerpo entero supo que era el momento de acabar de una vez por todas con todo ese alboroto, al igual que Bulgae sabía que si resistía aquel último minuto hasta que el sol saliera podría lograr su objetivo, escapar y dejar que todos aquellos seres sean llevados al Inframundo.

Sin perder más tiempo y tratando de sacar ventaja, el hechicero usó todas las reservas del poder que le quedaba haciendo que la tierra se removiera por enésima vez en un violento terremoto, y el viento formara diversos tornados que se esparcían y mezclaban con la arena por todo el territorio. De esa manera un furioso cataclismo fue desatado mientras que cientos de cambiantes aparecían infinitamente para hacer frente al ejército de lobos, híbridos y vampiros.

Jimin observó aquellos fenómenos en silencio y con una parsimoniosa quietud a la que había llegado gracias a que esta vez sentía menos miedo que nunca.

A su parecer, ya no tenía nada que perder más que su existencia en el mundo a la cual de todas formas no le encontraba el sentido pues Yoongi ya no estaba ahí y ya no estaría nunca más. Así que sin importar los vientos violentos o la inestabilidad del suelo debajo de sus pies, avanzó sintiendo que su cuerpo cada vez ardía más y más por la claridad del amanecer aproximándose. Pero incluso así, su voluntad era más fuerte que cualquier cosa y era eso lo que hacía que sus cristales rojos todavía emergieran de la arena para ayudarlo a elevarse a metros y metros del suelo por última vez antes de que con sus agudos sentidos tratara de localizar al hechicero en medio de toda esa tormenta.

Instintivamente notó que Bulgae no se encontraba tan lejos como pensaba, de hecho, en poco tiempo se encontró con su diabólica figura todavía borrosa debido al viento y la arena combinados en un espeso remolino que no le dejaba distinguir bien lo que estaba a su alrededor.

  —Este es el fin de tu existencia y la de los tuyos— repitió Bulgae apareciendo cara a cara ante Jimin a quien miraba fijamente con aquellos ojos oscuros que se sobreponían a una diabólica sonrisa con la cual mostraba sus horribles dientes puntiagudos.

Ese preciso momento fue el que el vampiro de ojos ámbar reunió toda su concentración y aprovechó la situación tomando el control de la vista del hechicero para hacer que se quedara ciego y así poder tomar ventaja, pero contrario a lo que pensaba, incluso estando ciego Bulgae tomó a Jimin por el cuello y, a pesar de que el vampiro se resistió e intentó escapar, le dio una fuerte bofetada que por poco lo dejó inconsciente.

  —¿Acaso no lo entiendes? — cuestionó el hechicero sintiendo los rayos del sol que estaba a unos segundos de aparecer—. Ninguna criatura sin alma tiene el poder de derrotarme —dijo saboreando la victoria con una sonrisa diabólica mientras olfateaba el lugar en el que estaba el corazón de Jimin antes de levantar su garra libre de forma amenazante. El hechicero estaba más que listo para de una vez acabar con aquel peculiar vampiro y lo hubiera hecho así de no haber sido interrumpido por una repentina risa burlona que salió de los labios de Jimin.