CLOSER [YoonMin]

27. La Llegada del Fin

Cuando Yoongi terminó de reanimar a Namjoon inmediatamente buscó a Jimin del cual se separó cuando habían comenzado a pelear. Lo había visto usando sus nuevos poderes, y había intentado acercarse a él, pero cada vez que trataba de hacerlo aparecía algo o alguien que se lo impedía. Fue de esa manera que cuando ya estuvo libre y tuvo el camino despejado encontró a Jimin siendo apresado por los poderes del hechicero Bulgae.

El vampiro reaccionó a la velocidad de un rayo y envainó su espada para poder sacar sus dos cuchillos y acercarse al hechicero con más rapidez, pero justo cuando estaba a punto de partir fue detenido por el estrepitoso sonido de dos poderosos rayos de tormenta que resonaron ensordeciendo a todos los que estaban sobre la faz de la Tierra.

Yoongi y todos los que se encontraban en la guerra se detuvieron a observar aquellas miles de centellas que aparecieron marcando una enorme grieta en el cielo junto a unos negros nubarrones que se agruparon a su alrededor. La luna y las estrellas que se habían detenido por el poder de Tao parecían apagar su luz gradualmente hasta que el cielo se quedó sin ellas como si hubiesen escapado a algún lugar fuera del universo. Lo único que estaba en el cielo era aquella gigantesca hendidura que todos sabían que significaba una sola cosa: el aviso de que el fin había llegado.

Vampiros, lobos, híbridos y hechiceras detuvieron la pelea elevando sus ojos al cielo con el pánico de finalmente observar aquello que tanto habían temido. De la grieta en el cielo salió una luz diminuta que con el tiempo se fue haciendo cada vez más visible hasta que cuando estuvo a una considerable distancia del suelo emitió un poderoso destello que ni si quiera se podía comparar a la luz del sol.

En ese instante y a lo lejos, Tao, el hombre lobo que se encontraba controlando el tiempo salió repentinamente de su trance y abrió los ojos con brusquedad mientras su respiración se tornaba agitada.

Siwon, que era quien se había quedado con él, lo recibió de vuelta entendiendo con un infinito terror el motivo por el cual Tao había dejado de usar sus poderes.

  —Son ellos— dijo Tao totalmente asustado y con la voz agitada. —El ángel que salió de la grieta detuvo el tiempo e hizo que mis poderes dejaran de servir— aclaró sumamente preocupado.

Entonces ambos seres observaron el firmamento marcado por aquel resplandor y al igual que todos los demás tuvieron que cubrir sus ojos ante la luminosidad de aquella criatura que se mantenía flotando en el aire.

Unos segundos después, la luz parecía haberse extinguido por lo que todos pudieron abrir sus ojos nuevamente, pero en cuanto sus retinas fueron capaces de distinguir su entorno notaron que por todos lados se encontraban rodeados de seres que emitían una luz pura y blanca y que les infundían un miedo único e inexplicable.

El tiempo se había detenido esta vez gracias al primer ángel que había salido del cielo, tal como lo dijo Tao, pero no solo eso. El viento ya no existía en esos instantes, ni la marea de los océanos producía su sonido, y mucho menos los planetas seguían sus órbitas, incluso los humanos mismos se habían quedado detenidos en medio del tiempo. En realidad, el universo entero se había congelado sólo para contemplar el momento en el que esos seres de “maldad” serían lanzados a las profundidades del Abismo.

  —HA PASADO MUCHO TIEMPO.

Aquella poderosa voz tomó lugar en cada rincón de la tierra. El ángel que había sido el primero en salir no era otro más que el arcángel Miguel quien bajó de los cielos ataviado con una vestidura de una blancura que superaba al de la nieve y una formidable armadura con unas alas majestuosas y adornos dorados que decoraban sus extremidades haciendo que su presencia se destacara de entre los demás ángeles que ya se encontraban parados en la Tierra. Los más incrédulos se sorprendían y los que conocían bien su historia admiraban con temor y fascinación a aquel quien era el encargado de liderar los ejércitos celestiales.