25. Los Hijos de Caín

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«¿En dónde estoy?»

 

Jimin solo podía ver un halo de luz brillante en el cielo que débilmente alcanzaba a iluminar su cabeza.

Lo que estaba a su alrededor era oscuro y sus ojos apenas podían acostumbrarse, pero fue ayudado por la claridad que se fue haciendo más intensa y conforme el lugar se fue iluminando pudo distinguir mejor su entorno notando que en realidad no había nada más que oscuridad y vacío. Una nada tan absoluta como si el espacio exterior se hubiera quedado sin estrellas ni galaxias, como si se encontrara en el interior de un agujero negro que lo había absorbido todo sin dejarlo nada más que a él en el centro. Entonces Jimin quedó todavía más desorientado y luego sintió que un dolor emergía de su pecho en el cual había una gran herida que no le dejaba de sangrar.

 

Jimin se asustó y trató de secar la sangre que lo manchaba, pero era inútil. Trató de recordar lo que había pasado pero sus recuerdos parecían haberlo abandonado y dejado solo.

 

  —No intentes hacerlo—. Un hombre viejo apareció de la nada caminando hacia él con un bastón que le servía de apoyo. —Tú ya estás muerto.

 

Jimin observó al viejito con una enorme barba y una extraña marca en la frente, y frunció el entrecejo al escucharlo pues lo primero que se le ocurrió fue que estaba loco.

 

  —No estoy loco, tú realmente estás muerto— refutó el anciano que terminó sentándose en el suelo oscuro en una pose estilo Buda en la que parecía estar flotando. — Bienvenido a “La Nenio”, muchacho.

 

  —¿La nenio? ¿Qué es eso? — cuestionó Jimin sorprendido porque aquel anciano parecía haber leído su mente.

 

El anciano lanzó una carcajada.

 

  —Vaya, eres un vampiro y no conoces tu propio idioma— se burló— “La Nenio” significa “La nada”.

 

Jimin frunció el entrecejo como quien se siente confundido, y después ladeó la cabeza expresando que seguía sin entender nada antes de sentarse en lo que parecía el suelo imitando la pose del viejito quien al verlo sonrió y volvió a hablar.

 

 

  —Antes de comprender la razón por la cual llegaste aquí, debes enterarte de ciertas cosas— le dijo notando claramente que el muchacho le estaba prestando toda su atención, por lo que prosiguió con tranquilidad.

 

  —Todos dicen que los vampiros no tienen alma, pero eso no es del todo verdad. En realidad, ellos alguna vez tuvieron una, pero su cuerpo fue separado de ella cuando se convirtieron en vampiros o nacieron de uno de ellos. Sin embargo, solo cuando un vampiro es nacido de otro vampiro, su alma termina en este lugar en donde permanece hasta que su propietario o propietaria deje de existir en la Tierra de los vivos. Y ya cuando eso ocurre, el vampiro a quien le pertenece el alma puede tomar dos caminos: quedarse aquí hasta que el día del fin de todo lo que existe llegue, o volver a la Tierra en un nuevo cuerpo junto a una nueva memoria que le permite olvidar todo lo que vivió en su vida pasada… Aunque eso pasa muy pocas ocasiones en realidad— explicó.

CLOSER [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora