CLOSER [YoonMin]

7. El vampiro de ojos plateados

De pronto todo se volvió frío, silencioso… peligroso.

Solo hace unos momentos, los dos vampiros tratando de cumplir con su misión, habían llegado a aquel claro en el bosque y habían observado a Jimin pasar el tiempo tranquilamente hasta que Yoongi llamó su atención.

Segundos después, sin saber cómo pasó, Jimin se encontraba siendo apresado por Jungkook quien en un acto de cobardía lo había atacado por la espalda y ahora se encontraba amenazante rodeándolo por el cuello sin dejarlo escapar.

  —Pero mira nada más… —una torcida sonrisa apareció en el rostro del vampiro de ojos plateados —¿Qué estás haciendo aquí Yoongi?

  —Suéltalo— fue lo único que Yoongi dijo sacando sus colmillos mientras su mirada furiosa se tornaba de un rojo intenso.

  —No quiero— caprichosamente respondió sin soltar en ningún momento al muchacho asustado que se había comenzado a remover inquieto tratando de zafarse del agarre de su captor.

Yoongi vio a Jimin por un instante y pudo notar el temor bien grabado en sus ojos, extrañamente él también pudo sentir aquel miedo causándole millones de escalofríos que recorrieron cada centímetro de su cuerpo.

  —Suéltalo Jungkook— volvió a repetir mientras sigilosamente atraía una roca del suelo hacia sus manos y luego la convertía en una pequeña arma afilada.

  —Lo siento— los ojos plateados de Jungkook se fijaron intensamente en los de Yoongi— te gané otra vez.

  —Yoongi… —un pequeño susurro de auxilio abandonó los labios de Jimin quien estaba desesperado, asustado y no lograba entender lo que estaba pasando.

Sin meditarlo o si quiera armar un plan de ataque, Yoongi corrió hacia donde Jungkook se encontraba, listo para atacarlo con la pequeña piedra afilada en sus manos como única arma, pero, cuando estuvo a unos centímetros de su objetivo, ambos cuerpos, el de Jungkook y el de Jimin, desaparecieron en un segundo y luego volvieron a reaparecer a sus espaldas tan rápido como habían desaparecido.

  —Sigamos jugando— agregó un divertido Jungkook quien gracias a su poder había logrado evadir el peligroso ataque que habría podido herirlo — hagámoslo divertido.

Pero justo en ese instante, sin que Jungkook lo haya podido ver, un fuerte golpe le fue depositado en la espalda haciendo que en un descuido soltara a Jimin y cayera al suelo adolorido. Había sido Chanyeol quien aprovechando su descuido lo había atacado por la espalda tal como él lo había hecho con Jimin hace unos momentos.

Jungkook se aturdió un poco mientras con enojo observaba a Jimin escapar de su agarre y correr hacia Yoongi. Se había descuidado un poco y había olvidado que el vampiro  de fuego todavía se encontraba en ese lugar, y gracias a eso su estado de ánimo campante y soberbio cambió a uno totalmente furioso. No podía dejar escapar tan fácil a su presa, entonces se levantó violentamente para recuperar a Jimin pero fue detenido por dos proyectiles de fuego que le impidieron seguir avanzando.

  —¿A dónde crees que vas?— advirtió Chanyeol llamando la atención de su enemigo.

Jungkook dio la vuelta y se encontró con el vampiro más alto, de grandes colmillos y ojos que habían transformado su acostumbrado color café a un ardiente color ámbar, parado en posición de ataque mientras en sus manos se formaban otros dos proyectiles que al parecer serían lanzados hacia él en poco tiempo.

  —¿También quieres jugar?— preguntó con un ligero toque de molestia en sus palabras— Bien, juguemos.

Dicho esto, Jungkook hizo sonar un chasquido con su lengua y  luego unos pequeños crujidos comenzaron a escucharse en los alrededores de aquel lugar. Unos segundos después, tres vampiros emergieron de la oscuridad de los árboles y se presentaron listos para obedecer a su amo. Eran parte de los soldados de la élite que Jungkook se había llevado del castillo. Tres vampiros hipnotizados, con la mirada perdida y los ojos totalmente blancos que los hacían parecer más zombies que vampiros.