Capitulo dos: Terrores nocturnos II

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   "El recuerdo de Javier"

Tenía quince años recién cumplidos y mi novia me dijo que estaba embarazada, tenía cuatro meses cuando se entero. No sabía como enfrentar la situación, como decirle a mis padres del bebé, no sabía de donde iba a sacar dinero para el niño ni como decirle a mis padres que YO sería padre, eso último y primero era lo que más acojonado me tenía.

Inmediatamente supe que mi padre me daría una paliza, que mi madre no me salvaría de la putiza y que mi hermana mayor en su último año de facultad a unos cientos de kilómetros, no podría apoyarme. Estaba solo en esto.

Con mi novia decidimos decirles juntos la noticia, pero ya iban tres semanas desde que nos enteramos y la ropa ancha estaba levantando sospechas. Teníamos miedo.

Habíamos acordado una fecha, primero le diríamos a mis padres y luego al padre de ella, sabíamos que el bebé era niño y la mayor parte del tiempo nuestras conversaciones eran breves practicas de como sería la charla que tendríamos con nuestros padres.
Veintiuno de Diciembre sería el día en el que dejábamos caer la bomba, mas que nada por que el dieciocho de ese mes, mi hermana llegaba de visita por las fiestas y ella cortaba un poco el enfado que tendrían mis padres. Además sería navidad y nadie se enoja en Navidad.

¿Verdad que no?

Tenía quince años y estaba mas estresado que un cuarentón desempleado, en medio de un divorcio con riesgo de perder todo su patrimonio.

No tenía nada para poder solventar las necesidades y problemas que vendrían a futuro, que hablando en serio el enfado de mis padres era uno de los mínimos problemas que tendría, el mayor problema de todos era el dinero. dependía cien porciento de mis padres, ellos pagaban todo lo que yo necesitaba y sentía un miedo atroz desde el momento en que mi novia me mostro su prueba de embarazo positiva. 

¿Qué sucedía si me abandonaban?  si resultaban ser como aquellos padres que salían en TV botando a sus hijos de la casa por la decepción que significaba tenerlos.
Yo cumplia con el perfil de esos hijos, pero si me echaban no tendría nada, necesitábamos dinero para el hospital ¿Y si Steven echaba a Elena? quedaríamos en la calle y terminaríamos viviendo bajo un puente, le haríamos el biberón con agua de alcantarilla y seguro comeríamos ratas para sobrevivir.

Tal ves exagero, pero el punto es que no paraba de pensar cosas así todo el día, todo el tiempo y ahora aun mas, sabiendo que en un par de días, sería diecinueve y contaríamos todo, si me corrían de casa, tendría que pedirles tiempo para poder trabajar y así conseguir un piso que rentar. La cosa era así, no tenia certeza de nada y cuando la tuviera debería tomar muchas decisiones que marcarían el resto de mi vida.

Por suerte y antes de que mi mente siguiera inventando recetas de como quedaría mejor cocinada un rata o como hacer papilla de ratas mi madre me libero de mis ensoñaciones

- Javier ponte zapatos para nieve, como se te ocurre ir con deportivas. Y ponte un pantalón mas grueso por favor, que para eso vas con pijama.

Rodee los ojos y fui a cambiarme, íbamos de camino a buscar a mi hermana al aeropuerto.

- Ya estoy listo.

- ¿Y el pantalón?, tu papá nos espera en el auto, ve a cambiarte.

- Maaaa tengo quince años ya deja de molestar.

- Mas vale que no te enfermes. ¿Y tu abrigo? ¿Vas sin abrigo? Madre mía este muchacho.

- Que exagerada si vamos en auto, para que necesito abrigo.

- Javier esta helando, vamos hijo que ya estas grande como para tener que decirte cuando te debes abrigar.

Tome una chamarra del armario que estaba junto al baño y me la puse con demasiada actitud frente a ella.

JavierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora