Capitulo 33: "Héroes y villanos"

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Noha

Estaba tendido de tal forma que mis piernas estaban levantadas, afirmadas sobre la pared y mi cabeza colgaba desde el borde de la cama, acababa de terminar todos los deberes atrasados. Con tendinitis segura por culpa de papá y sordera ya que en las habitaciones vecinas se escuchaba el trabajo de quienes armaban las camas y muebles destinados para Jonathan y Ezra.

Era viernes por la tarde, no había hablado con Jonathan desde el día en que papá nos castigó por la pelea. Es decir ayer. No quería que Jonathan creyera que ya estaba todo bien entre nosotros por qué la verdad me negaba a perdonarle, sin embargo no sabía muy bien el porque había sido amable con él.

Después de liberarnos de ese ridículo castigo todo había marchado normal, hasta la noche cuando papá había ido por mi a decirme que durmiera con él y yo fui encantado aunque obviamente no lo demostré.

-¿Que piensas de todo esto?

Me preguntó con el sonido de la tele en el fondo. Yo estaba recargado sobre él.

- No sé ¿Que piensas tú?

- Fue todo muy rápido Noah.

- ¿Quieres que les vea como hermanos?

- No - respondió deprisa. - Eso lo decides tú, pero si me gustaría que en un futuro se lleven bien, en un futuro cercano.

- No lo sé, pero...

-¿Pero qué? Puedes decirme lo que quieras.

- Es que no lo sé, nunca imaginé que ocurriría algo así. Creí que estaba más cerca el tener un perro que... que humanos nuevos.

Papá soltó una carcajada.

- Humanos nuevos.

Repitió y la verdad es que no encontré otra forma de decirlo.

- Ajá. No esperaba esto y menos esperaba que fuese Jonathan.

-Es por qué es Jonathan

- Creo que si. -Respondí a pesar que él me lo dijo como afirmación. - Yo sé que quieres que sea bueno, pero...

- Tu eres bueno mi amor, un poco palabrotero debo decir, pero bueno, el más buenito.

- Tú lo eres más.

- Oww mi bebito...

- Más palabrotero.

Volvió a reír.

- Ahora no digo tantas zorrillo.

Le quité la mano que puso sobre mi cabeza más que nada por el apodo.

- ¿Los quieres correr?

- No, ya no se van, fue impulsivo, pero no fue una mala decisión. Mientras tengas la posibilidad de ayudar debes hacerlo. Independientemente de quién se traté.

- Para ti es fácil decirlo.

- Es que lo es, es facilisimo decirlo, lo difícil está en el hacerlo.

- Seguro tu ayudarías a... a mamá.

Le dije sabiendo que era con quién más mal se había llevado.

- Claro que la ayudaría y a Elena también si lo necesita.

Dijo con tanto vigor que casi le digo que vayamos por ella.
Claro si eso se pudiera, ella ya tenía dos hijas y a mí no me había querido.

- Y si mi... mi - Diablos cómo costaba.

- ¿Tú qué Noah?

- Mi madre, si ella te pide dinero o te pide cualquier cosa.

JavierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora