Elena
Llegamos al hospedaje y Jay no podía abrir la puerta, mientras que yo me reía de él. Podía notar cómo sus manos temblaban un poco. Después de aquella confesión no dejamos de besarnos apasionadamente. Teníamos todo un torbellino de emociones.
Al abrir la puerta me arrastra hacia dentro, me cuelgo de su cuello para seguir besándolo y envuelvo mis piernas alrededor de su cadera. Con delicadeza me lleva hacia la cama.
Se mantiene encima acariciándome el rostro y unimos nuestras lenguas en una caricia tras otra. Se detiene un momento para mirarme.
—Estás segura?—pregunta, preocupándose.
Lo sabía, muy en el fondo sabía que era ese momento, y todo lo que quiero es a él.
—Nunca en mi vida había estado tan segura—lo atraigo para seguir.
Sonríe en medio del beso y murmura—. Te amo.
Se quita la camisa y mis ansiosos dedos trazan los músculos esculpidos de su cuello, sus brazos, su abdomen. Me ayuda despacio a quitarme el vestido y me mira con lujuria, con su mirada intensa, hasta que volvimos a besarnos. Al instante el calor de su piel contra el mío me hace sentir protegida, como si nadie pudiera hacerme daño.
Junto a mí, puedo sentir cómo nuestros corazones se conectan y laten en sincronía, rápido, ruidoso e impresionante.
⋆ ⋆
Los rayos del sol entran por las ventanas y me despierto, con Jay a mi lado acariciándome la espalda delicadamente.
—Bonjour—me apoyo con mis codos para mirarlo.
Sonríe tiernamente—. Te acordaste de cómo decir buenos días, me enorgulleces. Bonjour a ti también.
—Fue gracias al mejor profesor.
—Te seguiré enseñando para cuando volvamos a viajar aquí de nuevo—traza líneas en mi brazo desnudo y me dan cosquillas.
—Ya estás pensando en volver antes de irnos?
—Me encanta la ciudad, no te gustaría vivir aquí?
Miro por la ventana, la gran vista de las casas.
—Si. No quisiera irme pronto—me acuesto en su pecho.
—Volveremos, juntos.
Vuelve a acariciar mi cabello y me quedo profundamente dormida. No sé cuánto tiempo pasó pero me desperté de nuevo por Jay.
—Blake, vas a querer visitar el Château de Versailles?—pregunta—. He visto el clima, y no está haciendo frío.
—Claro que sí, ahora podremos visitar mejor sin que el clima nos lo arruine—le doy un beso corto antes de pararme—. Voy a ducharme rápido.
Su mirada me recorre y me sonrojo. La comisura de su labio se eleva y sus ojos se oscurecen.
—Creo que yo también necesito una ducha—se levanta de un salto y llega hasta mí, posando sus manos en mi cadera desnuda.
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Todo sobre ti: #1
RomanceElena no puede tomar sus propias decisiones y ahora tiene que enfrentarse a una complicada situación. Hasta que lo conoce y su vida cambia por completo, haciéndola conocer sobre la importancia de la vida, felicidad y amor.