chapter three

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—¿Podemos hablar?

Pedri se acercó sin pudor alguno algo nervioso. Por ese motivo Gavi decidió darme la pulsera luego, cosa que entendí. Doy gracias a que vino él porque no sabía como sacarle el tema.

—Sí, pero aquí no. Y fuera tampoco, están los periodistas.

Entendió a la perfección que no era lugar para hablar. Los vestuarios de al lado estaban vacíos por lo que los dos nos adentramos sin cerrar la puerta, tampoco es un tema tan privado y a esta zona no puedes bajar a no ser que seas jugador o el seleccionador o parte del equipo técnico.

—Luna, lo que pasó anoche...

—Fue solo cosa de una noche.— interrumpí.

Su cara pareció relajarse mucho y yo también lo hice, pensé que estaba pasando otra cosa por su cabeza pero por su expresión dio a entender estar pensando lo mismo que yo.

—¡Sí, si si si! O sea, lo digo por los medios de comunicación. Quería hablarlo porque a lo mejor pensabas que lo de anoche tal vez fue por estar ambos borrachos o con segundas intenciones...— habló acelerado y moviéndose por el vestuario de un lado a otro explicándose.

—No lo entendí así, tranquilo. Lo que pasa es que me gustaría saber como pasó. No porque no quisiese, que si lo hice fue porque sí quería, pero necesito datos que me faltan.— comenté riéndome al igual que él.

—Pues estábamos los dos borrachos, muy borrachos, yo también lo tengo algo borroso. Estuvimos todos bailando pero necesitabas tomar el aire y te acompañé.

Me encaja. No solo estaban Riqui y Ferrán, había más futbolistas que llegaron más tarde y eran amigos entre todos, así que me encaja. Tampoco es que haya pasado nada malo, simplemente fue de fiesta y ahí se va a quedar la cosa, pero está bien hablarlo entre lo dos por lo menos para no mirarnos de forma extraña cada que nos veamos. Sobre todo para clarificarnos la noche y poder aclarárselo a los medios.

—Gracias Pedri. Podemos estar tranquilos ya con la prensa.— comenté entre risas.

Los dos salimos del vestuario hablando de la noche de ayer. La verdad es que pensé que podía ser más incómodo, pero ambos estábamos en la misma situación y con las mismas ganas de que no haya situaciones incómodas, al fin y al cabo yo le conocí ayer por gente en común y estoy segura de que nos veremos más veces en sitios que no sean solo estadios de fútbol o los entrenamientos.

Pasados unos minutos, quedamos solo Gavi y yo en los anexos. El resto del equipo se fueron rápido por temas tanto profesionales como personales, no insistí a los que más me llevaba para tomar algo porque no quería robarles su tiempo, además, tenía que esperar al andaluz que se había tirado media hora duchándose y cambiándose.

—¡Por fín!— dije cuando le vi aparecer por la salida.— Pareces yo cuando me preparo para salir.

—Lo bueno se hace esperar, Luna.— comentó rebuscando en los bolsillos de su mochila.

—Sí sí, tómate tu tiempo.— le solté divertida causando una risa por su parte en lo bajo.

Estuvo un rato peleándose con la mochila, supongo que para encontrar la pulsera. Le vi quejarse y mascullar cosas después de sacar toda la ropa y volverla a meter como mínimo dos veces.

—Me vas a matar.— finalmente me miró a los ojos poniendo su mano en forma de gorra por el sol que no le dejaba ver bien.

—Se te ha olvidado.— me mordí los labios intentando que no se me escapase una risa tras decir eso. Ha sido gracioso verle tan ofuscado con la mochila, no os voy a engañar. Se ha despeinado y todo, hasta puedo asegurar que estaba nervioso.

INEFABLE; p.gaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora