𝒄𝒉𝒂𝒑𝒕𝒆𝒓 𝒔𝒊𝒙

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El ambiente parisino es sin duda uno de los mejores, por lo menos para mi gusto. Cada que pisaba su suelo, la paz me invadía y ojalá poder venir cuando necesite despejarme del mundo, pero no todo en esta vida puede ser y si se hiciera realidad, viviría aquí desde hace mucho tiempo.

Al igual que en el aeropuerto de Barcelona, había periodistas pero estos se centraron en los jugadores. Gavi y yo bajamos junto a Claudia, Sira, Ferrán, Pedri, Eric, y mi hermano. Estuvimos todos juntos hablando en el vuelo dado que nuestros asientos se encontraban ya sea delante, detrás o al lado. Juro que no me había reído tanto durante dos horas seguidas hacía mucho tiempo.

Eric, Ferrán y Sira son como un circo cuando se juntan. Pondría la mano en el fuego diciendo que Sira se limpia las lágrimas causadas por las risas junto a Ferrán siempre que están juntos.

Claudia y mi hermano aunque sean las personas más empalagosas que veáis jamás, son las que más temas de conversación abarcan, os lo prometo. Da igual que no te conozcan, pueden empezar un debate sobre si es mejor la tortilla de patata con o sin cebolla, cosa que ha pasado hoy y donde se han metido hasta Piqué, Jordi Alba y Riqui que estaban al final del avión.

Pedri y Gavi son el uno para el otro. Se vacilan entre ellos, te vacilan a ti también -si te conocen y desde el cariño, claro- con cualquier cosa, o por lo menos ha sido lo que han estado haciendo gran parte del vuelo conmigo. Lo siento, con bobadas me puedo llegar a molestar. Lo han descubierto hoy ambos y no sé si me gusta o me da miedo por el exceso que pueden llegar a hacer.

El andaluz y yo hemos tenido conversación entre nosotros, claramente son dos horas y no siempre vas a estar hablando con todos a la vez. Hubo un momento en el que le iba a dar una pequeña bofetada inocente por meterse conmigo, él la intentó esquivar y le metí el dedo en el ojo sin querer. Me había preocupado un montón, pensaba que le había hecho daño de verdad hasta que solo se estaba riendo tapándose la cara siendo un exagerado, como buen futbolista.

Su actuación fue a más cuando me pidió que mirase si tenía algo en el ojo y comenzó a quejarse y gritar llamando la atención de todos, pasé mucha vergüenza al ver que empezaron a decir cosas subidas de tono en referencia a nosotros.

—¡Y cuándo os habéis quedado mirando una serie juntos apoyados! Que monos. —Clau estaba en mi habitación del hotel comiendo una bolsa de patatas mientras yo guardaba la ropa.

Ella dormía con mi hermano, lógicamente. No me importaba, es decir, si yo tuviese pareja y nos fuésemos de viaje con más gente también me gustaría tener mi espacio con esa persona.

Estar sola es algo que me gusta mucho así que cuando me preguntó que si me importaba, aunque ella ya supiese la respuesta, no dude en decirla que no. Es mi hermano, si fuese otra persona me lo pensaba pero probablemente esté más segura con él que conmigo, porque Claudia y yo nos liamos muy rápido para hacer locuras por las noches y estar juntas es un peligro, más todavía si estamos en otro país.

—Somos amigos que se llevan muy bien con gustos parecidos, por eso vimos la serie juntos.

—Si, pero... ¿apoyándote en su hombro?

—Me lo pidió él.

—Ya, lo que tu digas.

Me giré ofuscada y algo colorada tirándola una sudadera a su cara consiguiendo que se ría a carcajadas.

—Hacéis buena pareja. —dijo doblando la sudadera y dándomela para que la guardase. En París siempre hace un poco de brisa fresca por las noches. Yo soy muy friolera así que mejor prevenir.

—Somos amigos, Clau. —la miré nuevamente entornando los ojos. Lleva dándome la chapa desde el día de Caeli y desde que la conté que hablábamos.

INEFABLE; p.gaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora