𝒄𝒉𝒂𝒑𝒕𝒆𝒓 𝒇𝒐𝒖𝒓

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Huolaaaa!!!! Aquí os dejo el cuarto capítulo. Me encantaría saber vuestra opinión con respecto al desenlace que está teniendo la historia, todo para mejorar, claro. Ahora sí, ¡¡¡A disfrutar y gracias por el apoyo!!!! <3 :)

No recordaba lo surrealista que podía llegar a ser mi vida estando tanto tiempo con mi tío. ¡París! ¡Me estaba ofreciendo ir a París! No me negué, claro que no. Había pasado una semana desde que fui de nuevo con él a los entrenamientos y sabía de la existencia de este viaje, pero ni por asomo se me ocurrió pensar que me invitaría.

—Bueno, el asiento está reservado, ya lo sabes. Claudia y tu hermano también tienen uno, por si se animan a venir.

—Me gustaría ver a mi padre, Luis.— dije algo preocupada.

Estábamos Sira, él y yo en su coche, yendo al entrenamiento que tenía ahora. No formaré oficialmente parte del equipo técnico, pero parece que soy la segunda entrenadora por todas las cuestiones que me genera mi tío e incluso gente del equipo. Cuando iba también lo hacia, al no ir solo me preguntaba siempre si me parecía bien la alineación que había propuesto y ahora está volviendo todo como antes, cosa que me encanta.

—Luna, has ido a verle todos los días desde que le volvieron a ingresar. Necesitará descansar.— habló mi prima girándose para mirarme directamente a los ojos.

—Lo sé, pero... ¿Y si piensa que ha hecho algo malo y por eso ya no voy?

—Luna,— llamó la atención mi tío quitando la llave del coche.— Estamos hablando de tu padre, mi hermano. Sabes que no lo va a pensar.

Una vez más, tenían razón. Tengo la sensación de que si no le voy a ver y me voy a otro país soy una mala hija. No sé cuánto tiempo le queda, espero que mucho, pero también sé que él querrá que me vaya de desconexión unos días. Seguro que hasta mi tío ha hablado con él ya.

—Vale, vale. Se lo diré a Claudia.— acabé por rendirme. Tienen facilidad para convencerme, no es porque yo sea fácil de ello.

Al llegar al campo, Sira fue corriendo a saludar a Ferrán, sin importar que estuviera su entrenador delante o el resto de jugadores o que el mismísimo Ferrán estuviese sudado por el calor de agosto. Hoy era un entrenamiento a puerta cerrada, por lo que éramos muy pocas personas.

Me quedé al lado de mi tío mientras él comentaba unas cosas con el equipo técnico. Hice un recorrido con la mirada hasta que la misma se choco con el número 30.

Hemos estado hablando estos días, de cosas absurdas, la conversación fluía sola aunque no tuviese ningún tipo de sentido.

Que si has visto el nuevo titular, que si el nuevo fichaje de no se qué equipo, la nueva serie de netflix, que si le ha cagado un pájaro mientras daba un paseo, o que si mi hermano me ha obligado a ayudarle con el regalo de Claudia por su aniversario...

Cosas que pasaban y por casualidad, salía contárnoslo. Nos llevamos muy bien. Claudia está enterada, por supuesto, no la dejaría sin esta información porque se acabaría enterando igualmente.

—No sabía que venías.— dijo el moreno algo agitado por el trote que realizaban antes de que el míster llegue.

—Era una sorpresa— comenté guiñando un ojo de forma exagerada.

—Te sienta bie...

—¡Gavi deja de ligar y ponte a entrenar!— gritó Busquets desde la otra punta del campo. Ambos nos reímos.

—¡Busquets a lo tuyo!— le grité poniendo mis manos modo megáfono.

—Bueno, mejor voy a entrenar que si no me pegan.— comentó el andaluz aún riéndose.

INEFABLE; p.gaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora