𝒄𝒉𝒂𝒑𝒕𝒆𝒓 𝒕𝒘𝒆𝒍𝒗𝒆

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Solamente os voy a decir dos cosas preciosas mías <3
UNO: pillad unas palomitas :)
DOS: os recomiendo que os agarréis fuerte a dónde sea que estéis porque se vienen cositas


Gavi

Vi como firmaba el contrato bajo los blancos flashes de las cámaras que se notaba como comenzaban a hacerla algo de daño en sus ojos azules. Movía su pierna ligeramente y aunque nadie lo notase, yo sí lo hice.

Retiró el bolígrafo, respiró profundamente, se levantó junto a su tío y Laporta, presidente del club, se dieron la mano sonrientes y sacaron otras mil foto más. Ya era oficial, la chica que me gustaba iba a ser de alguna forma mi jefa durante un largo periodo de tiempo.

Estos últimos días hemos vuelto a hablar como hacíamos antes, esta vez por llamadas, tanto videollamadas como normales, dejando los mensajes atrás y escuchando nuestras voces o viendo nuestras caras mientras hacíamos varias cosas. Ella ordenando su cuarto o yo haciendo la comida junto a mis hermanos. Quería hacer las cosas bien.

Mi hermana y ella han hablado una vez cuando dejé el móvil en la cocina y yo iba al baño. Cuando volví vi como Luna hacia señas a Aurora para que se callase porque estaba justo detrás. Lo bueno es que se estaban riendo y no parecían haber hecho malas migas. Eso me inundó de felicidad aunque no lo creáis, pero ni mi hermana ni ella querían decirme de que hablaban.

Por otra parte, hemos estado entrenando a fuego estos días. Tenemos el segundo partido mañana en nuestro estadio, lo que significa que debutamos en el mismo y Luna también.

Estaba nervioso cuando los cámaras comenzaron a despejar la sala e iban quedando menos personas en la misma. Había prometido esperarla fuera pero me moría de ganas de ver cómo cumplía un sueño que me comentó que tenía desde pequeña. Ella no sabía que yo estaba ahí, se pensaba que había cumplido mi promesa y cuando me vio, rodó sus ojos con una sonrisa. Se despidió del presidente y de su tío y se encaminó hacia mi.

—¿Qué tal, menguante?

—¡No lo sé! Estoy... No sé, no sé como estoy. Es todo tan... increíble —comentó eufórica mientras salíamos de las oficinas.

Su felicidad me contagió. Me alegraba un montón ver que sus cosas por fín parecían ir bien. A su padre le dieron el alta y por lo poco que me ha contado de él, parece estar mejor; ficha por el club... Estaba realmente contenta y yo también, por ella.

—¿Qué responderías si te digo que tengo un plan en mente? —cuestioné metiendo mis manos en los bolsillos.

Su mirada cambió a una muy curiosa. Iba a empezar a preguntarme sin parar hasta saberlo, no sería la primera vez. Ah, por cierto, para todos aquellos curiosos... No habíamos vuelto a tener un momento íntimo desde París, mas que nada porque entre su contrato y los entrenamientos, solo hemos podido hablar en llamada y alguna que otra vez en persona pero estaban todos delante.

—Ya estamos con los misterios —se metió el mechón de pelo que siempre se la escapa detrás de su oreja.

—Soy rey misterio —puse una voz grave causando su risa.

—Ya te gustaría a ti ser Rey misterio —llegamos al parking donde un uber ya nos estaba esperando— ¿Cuál es el plan? Porque siempre que hay un uber lo tienes todo pensado y una respuesta positiva de mi parte.

Nos montamos y le di al conductor la dirección de mi casa. Mis padres se habían ido a ver un partido de mi hermano e iban a estar fuera hasta mañana y mi hermana se había ido con unas amigas a no sé dónde, por lo que estaba solo.

Luna estuvo con el móvil todo el rato, contestando mensajes, viendo imágenes que ya estaban publicadas de ella por el contrato... No me molestó, es más, en alguna que otra ocasión me enseñaba las imágenes orgullosa de lo que había hecho y lo que está consiguiendo.

INEFABLE; p.gaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora