2. A new beginning?

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Adora Grayskull era una chica idealista, y como toda persona recién empezando su vida adulta, tenía sueños.

Pero para cumplirlos necesitaba dinero, y con la beca que le habían dado apenas podía cubrir sus gastos básicos.

A pesar de que tuvo que dejar atrás todo lo que conocía, no le importaba si hacía lo que le gustaba.

Gracias a su compañera de cuarto, Lonnie, Adora encontró un empleo en una cafetería con una buena ubicación, justo al frente de Emily Industries, una gran empresa liderada por un hombre llamado Hordak y una científica de renombre mundial, Entrapta, por lo que no dudó ni un segundo en aceptar.

Lo que no sabía es que su primera clienta iba a salir directamente de ese lugar.

Cuando fue a su mesa, el suave olor de menta, canela y un poco de azúcar llegó a su nariz, haciéndole ponerse más nerviosa aún.

Ella era amable y dulce.

Y eso que la rubia creía que los ricos eran altaneros y materialistas.

Después de que se fuera corrió a limpiar su mesa antes de que alguien más viniera y no tuviera dónde sentarse.

Encontró un billete de cincuenta dólares ahí. Por lo que sabía, la morena llamada Catra había pagado su comida antes de irse, pero entonces, ¿Por qué estaba ahí?

Como buena persona que era, fue al edificio enorme a devolverlo en vez de quedárselo o esperar a que volviera, como sugirió uno de sus compañeros.

Si por fuera era imponente, por dentro lo era aún más. Sabía que los dueños no tenían empleados (o eso creía antes de ver a la alfa salir de ahí), pero ver todo absolutamente vacío era sumamente extraño.

—¿Hola?— Preguntó dudosa después de un momento en el que no vio a nadie.—Estoy... estoy buscando a Catra?—No hubo respuesta, pero algunos minutos después la morena apareció.

—Generalmente nadie sabe que estoy aquí.—Murmuró extrañada, hasta que la vio.—Oh, hey, Adora. ¿Qué haces aquí?—Preguntó curiosa.

—Vine a devolverte esto.—Sacó el billete de su bolsillo y se lo extendió.—Lo dejaste en la mesa de la cafetería.

—Ah, ¿eso? No, es para ti.—Dijo devolviéndoselo. Ante la cara confundida de la rubia se apresuró a explicarlo.—Quiero decir, es bueno que alguien valore tu trabajo, por más pequeño que sea, y creo que alguien que se esfuerza merece que se lo recuerden, y por lo que ví, tú te esfuerzas mucho.—Aseguró con una sonrisa.

—Yo...ah...no sé qué decir.

—No digas nada, sólo tómalo.—Insistió la morena. Adora finalmente se rindió y lo volvió a guardar.

—Uhm... gracias.

—No hay de qué. Todos merecemos que alguien valore nuestro trabajo.—Dijo sonriendo de lado. La ojiazul sonrió tímidamente, antes de volver a irse, no sin antes decir un casi inaudible "adiós".

El resto del día se sintió más ligero, quizá porque aprendió rápido a hacer su trabajo, o por la morena que la ayudó a aligerarlo.

Más tarde, una chica musculosa que fue a la cafetería la invitó a tomar un café (lo cual era irónico porque estaban en una cafetería), el cual rechazó amablemente porque tenía que ir a la universidad después del trabajo.

Pero la peliblanca no se rindió, le dio su número y le dijo que la llamaría el fin de semana.

Ella no se negó, pues sabía que necesitaba distraerse.

Late -Catradora/Glitra (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora