Late -Catradora/Glitra (Omegaverse)

10. Two Hurt Hearts

                                                                      

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☠Este tipo de contenido puede parecer demasiado gráfico para algunas personas, por lo que si eres sensible, es recomendable no leer.☠

Les recuerdo que este es un escenario completamente ficticio, y si algo así llegara a sucederles en la vida real, no se queden calladxs.

Ella estaba bien.

Estaba bien, era lo que importaba.

O al menos, era lo que la rubia esperaba.

Fue su culpa.

Los alfas retomaron su tarea, dejando horribles sensaciones en cada centímetro que tocaban, cada segundo siendo más imposible de soportar.

Y ese era solo el inicio.

Uno a cada costado, despojaron con brusquedad a la rubia de su ropa, rompiéndola y dejando marcas rojizas por la fuerza de la acción.

—G-Glimmer...—Empezó la rubia, sus ojos azules mirando suplicantes a la omega pelirosa.—P-por favor... haz que paren.—Suplicó casi en llanto. Sin embargo, y después de unos cuantos murmullos entre la mujer y Glimmer, la mencionada terminó soltando una risa sonora que la hizo sentir aún peor.

Como un diminuto ser en medio de gigantes.

¿De verdad había arruinado la vida de la otra omega? Empezaba a creer que sí. Ella tenía razón. Era su culpa.

Lágrimas bordearon sus mejillas en el momento en que los alfas separaron sus piernas y la levantaron como si fuera un trapo viejo mientras ella luchaba por soltarse.

—Cállate, mierda.—Ordenó el hombre cuando intentó hablar una vez más, lanzando un puñetazo al aire como advertencia a la que la omega hizo caso omiso.

Al ver que no lograban mantenerla en un solo lugar y finalmente perdiendo la poca paciencia que poseían, terminando por golpearla.

Jalaron su rubio cabello con fuerza y golpearon su estómago hasta que dejó de moverse para intentar recuperar algo de aire.

Sin embargo, sin previo aviso, el enorme hombre se posicionó sobre ella y hundió su miembro de golpe en su boca, tocando lo más profundo de su garganta. De inmediato regurgitó por el horrible sabor asentándose en su lengua.

No tuvo tiempo para procesar lo sucedido, pues apenas milésimas después, Huntara burló su entrada sin ningún tipo de lubricación, rasgando sus paredes internas por su gran tamaño.

La omega sintió cómo se abría paso una vez más en su interior, destrozándola nuevamente mientras un grito ahogado salía de lo más profundo de su garganta.

Olió sangre y supo que era la suya, ayudando a que la alfa se deslizara más profundamente en su interior, haciéndola gritar por el dolor de cada embestida, una más fuerte que la anterior.

Trató de mantenerse firme y mostrarse fuerte ante todo, pero sus lágrimas no dejaban de caer por sus párpados y su cuerpo no dejaba de temblar aún mientras seguía intentando escapar.

No podía pensar en nada más que en el dolor y en las miradas hacia ella, dos pares de ojos a la distancia quemándola, además de los otros dos mirándola con completo morbo.