14. The beginning, again

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Maratón (2/3)



Estaba bien. Estaban bien.

Catra tuvo que sacar a Adora con anestesia en su sistema, pues no había podido soportar el hecho de estar despierta mientras se realizaba el procedimiento. Era entendible.

Fuera de eso, salió mejor de lo que esperaban, además de algunos síntomas y la permanente tendencia de la rubia a culparse por los hechos, no hubo ninguna complicación ni repercusiones en su salud, pues era casi normal ver a omegas abortando. Y era precisamente por eso que hacer justicia por Adora sería especialmente difícil.

Era bien sabido que, en su sociedad, los omegas eran considerados la clase más baja, la más inútil, se creía que solo servían para dar crías a los alfas y estos se aprovechaban constantemente de ellos. Los omegas solían ser violados, golpeados y hasta asesinados cruelmente por los alfas, de tal modo que siempre había injusticias y muchos casos quedaban impunes.

Al menos, gracias a las influencias de Catra (y la dudosa ayuda de Entrapta), los autores del crimen fueron arrestados hasta resolver el caso, salvo aquel hombre del que nada se sabía, según la doctora Mermista.

Adora no quería ver a esas personas de nuevo nunca más, pero era lo que debía hacer para librarse de su pasado. Lo único bueno de todo aquello, era que la morena estaba a su lado. Era lo que la ayudaba a mantenerse.

Aún así, faltaban varios meses para que finalmente todo se acabara, para que estuvieran tranquilas al fin, o, por lo menos, hasta irse. Porque sí, planeaban irse de Bright Moon, incluso de Etheria para huir de su pasado. Para olvidar todo y empezar desde cero, como un nuevo principio en una hoja blanca.

Aunque, claro, una parte de ese pasado las seguiría hacia donde fuesen, pues, sin él, jamás se hubieran conocido. Jamás serían lo que eran en ese momento.

(...)

—¿Adora?—Saludó la morena, cerrando la puerta del apartamento y colgando su chaqueta en el perchero.—Ya llegué.—Avisó, buscando extrañada por los lugares en los que solía estar: la habitación, la cocina o el baño. No halló nada, y su olor no estaba presente en el aire.

<<No otra vez>> Pensó con un dejo de hastío.

Pero apenas dos segundos antes de que empezara a alarmarse y formar mil situaciones y escenarios ficticios, escuchó la puerta ser abierta, y, con ella entró un embriagante aroma a feromonas, pero no las de cualquier omega, sino las de la ojiazul.

—H-hey, C-Catra.—Saludó con dificultad.—N-no sabía que estabas a-aquí.

—Bueno... acabo de llegar.—Comentó, tratando de contener a su lobo, desesperado por tomar a la omega. Tomó una fuerte respiración.—¿Estás...?

—S-sí.—Confirmó interrumpiéndola.—M-mi celo se apresuró u-un poco. Fui a buscar supresores, pero no tenían, y tampoco podía ir muy lejos.—Explicó rápidamente, evitando mirar a los ojos bicolor, pues sabía muy bien lo que ella le causaba.

—Entiendo.—Dijo, tomando su chaqueta de nuevo.—Ve a la habitación, ¿sí? Te conseguiré algunos supresores.—Indicó. La rubia asintió y fue a paso lento a la habitación que compartía con su novia.

El camino le pareció francamente eterno, por lo que, cuando llegó, todo lo que pudo hacer fue retirar las calurosas prendas que de nada le servían, quedando únicamente con un sujetador de encaje blanco a juego con la otra parte del conjunto.

Late -Catradora/Glitra (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora