Las últimas semanas habían sido las mejores en mucho tiempo para las jóvenes esposas.
Empezaron por reconstruir su relación y cambiar sus hábitos destructivos.
Como consecuencia, ambas se sentían más felices y tranquilas, su relación iba en ascenso, y su casa, que, aunque no podía considerarse un hogar aún se sentía más acogedora.
Lo siguiente que harían era cumplir uno de sus mayores deseos: ser madres.
Ese día Catra llegaría a su departamento para recibir los resultados de los exámenes preliminares de Glimmer, para luego empezar con los tratamientos de fertilidad.
Estaba tan emocionada que no notó que se lo había dicho en voz alta a su amiga rubia.
Después de algunas charlas esporádicas, finalmente entablaron una conversación real y se volvieron cercanas rápidamente; a veces hasta parecía que se conocían de toda la vida.
Resultó que Adora esa muy habladora cuando comenzaba a confiar en las personas y terminó contándole toda su vida en un día a la morena.
También le contó sobre la chica que conoció el mismo día que a Catra, Huntara; diciendo que era el destino quien las juntó en el mismo lugar.
La de mirada bicolor era un poco más reservada con las cosas, pero no tardó en confiar en la rubia y contarle muchas cosas sobre ella y su esposa.
Por eso, después de Glimmer y Scorpia, Adora fue una de las primeras en saber que pronto la morena podría tener un cachorro.
(...)
La pelirosa acariciaba su vientre plano, sintiéndose alegre de poder llevar vida en su interior, como siempre había querido.
Pero su alegría se convirtió en insatisfacción.
No lo entendía, ya había conseguido lo que quería; tenía a Catra, una vida estable y un hijo, pero a veces parecía una niña malcriada, que, cuando tenía lo que quería, lo soltaba y buscaba otra cosa.
Y en ese caso, el cachorro era lo que quería. Pero ¿cómo podía soltarlo? ¿cómo podía arruinar toda la ilusión de Catra? Glimmer no quería eso.
No quería esa insatisfacción, la misma que nunca controló y que casi destruyó el matrimonio que se negaba a soltar, incluso cuando sabía que todo estaba basado en mentiras, que algún día ese telón se caería y dejaría ver toda la verdad.
No lo iba a permitir esa vez.
Quizá...la morena era el problema, si tan solo no se hubiera casado con ella
—¡Estoy en casa!—Gritó la alfa desde la entrada. Pocos momentos después entró a la habitación, dirigiéndose inmediatamente a su esposa, dando un corto beso en sus labios y bajando hasta el lugar donde se formaba el pequeño ser en el cuerpo de su esposa para hablarle.
La omega observaba sin escuchar realmente las palabras de la morena, sólo viendo cómo sus labios se movían.
Eso era todo lo que necesitaba, esa sensación de poseerla, de tenerla siempre cerca, y ese niño era su clave para mantenerla siempre así.
Quizá necesitaba estar siempre cerca de la morena para sentirse bien, para sentirse satisfecha, saber que la tenía amarrada a ella, y que no podría soltarla.
Así que, a la mañana siguiente, y en contra de las indicaciones del doctor de quedarse en cama, salió, únicamente para seguir a la casi felina hasta su trabajo.
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Late -Catradora/Glitra (Omegaverse)
Fiksi PenggemarCatra estaba harta. No, harta era poco para lo que sentía. Su esposa, Glimmer, era demasiado para ella. No había día desde hace cinco años en el que no se quejara o le gritara por cualquier trivialidad. Hasta que un día, amargo como el café que...